Cannes.— Pedro Almodóvar, Penélope Cruz, Antonio Banderas, Asier Etxeandía y Leonardo Sbaraglia aún estaban emocionados por la ovación de casi 10 minutos que el público les había dado la noche anterior en los créditos finales de Dolor y Gloria cuando llegaron a la rueda de prensa oficial de Cannes.

“Está lloviendo pero no he conocido una lluvia tan feliz como la de esta mañana. No voy a poder olvidar la noche de anoche, como dice el bolero. La experiencia ha sido inenarrable y estamos muy contentos”, dijo el director que con este filme compite por sexta ocasión por la Palma de Oro.

Mucho se ha hablado de que la cinta es autobiográfica a lo que Almodóvar apuntó:

“No hay que tomar la película de un modo literal. Es decir, que también hay una gran parte de ficción aunque muchas de las cosas que ocurren podrían haberme sucedido. Cuando empecé a escribir lo hice recordando capítulos de mi vida pero luego debes darle cabida a la imaginación”, explicó el cineasta que admitió no haber tenido una infancia fácil.

“Mi madre nunca me dijo como en la película que no había sido un buen hijo pero esa escena es importante porque habla de la extrañeza con la que mi madre me miraba cuando era pequeño y no era precisamente con orgullo. Yo creo que me mueve tanto porque lo que represento es la extrañeza que yo descubría en la mirada de los demás sobre todo entre los compañeros del colegio. Y para un niño esa mirada que tiene mucho de repulsa, de crítica y de humillación es una experiencia muy dura, tan dura como que tu madre te mire como un ser extraño. Pero afortunadamente era un niño muy fuerte”.

Para Antonio Banderas, quien los últimos 20 años de su carrera los centró en Hollywood, su gran punto de unión con el cine español ha sido siempre Almodóvar. Al actor malagueño se le entrecortó la voz al hablar de lo que significó tener la oportunidad de volver a trabajar con él.

“Cuando terminé el rodaje de La piel que habito una pregunta que rondaba mucho en mi mente era la de si iba a poder tener la oportunidad de hacer una película con Pedro Almodóvar otra vez y llegar desnudo y tirarme de verdad al barro y poder crear con él. Cuando me llamó para Dolor y Gloria fue una emoción enorme. No me podía creer que iba a interpretarlo. Yo he hecho 113 películas y todo lo que se ha venido estos días de palmas y de premios, no me importan.

“Los meses de verano pasado cuando rodamos esta película han sido probablemente los más felices como actor en mi vida, y eso, ¡no me lo puede quitar nadie!”, finalizó el histrión con un nudo en la garganta.

Una de las escenas favoritas del director en la película es la del beso entre Banderas y Sbaraglia, de la cual contó: “Yo querría haber besado tanto a uno como a otro y con la misma intensidad. No me he atrevido a pedírselos ni como director ni como hombre pero ya se lo comentaba anoche a Leo que está bien ver que dos hombres de 50 años se besan apasionadamente y se excitan porque el cine no da muchas imágenes como esa, sobre todo de esa edad."

“Yo sí tuve la experiencia de un amor truncado en un momento en que la pasión estaba viva y es dolorosísimo porque cuando algo está vivo es antinatural tener que cortarlo. Además, es una experiencia que mucha gente habrá tenido y con la cual se puede identificar. En mi caso no he tenido la oportunidad de esa reconciliación por eso me hubiera encantado estar en medio de los dos y poder besar apasionadamente a Leo Sbaraglia y Antonio Banderas pero nunca me he atrevido y mucho menos en los tiempos que corren”, confesó.

El realizador es bien conocido por su activismo en contra de la extrema derecha española representada por el partido político Vox que en los últimos meses se ha estado pronunciado en contra del matrimonio gay y los derechos de la comunidad LGTB.

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