Han pasado 34 años desde que Andrés Calamaro lanzó al mercado Hotel Calamaro, su primer álbum de estudio y hoy afirma que la industria necesita cambiar para que lo sustancial no se deje vencer por lo efímero.

“Perdimos el disco como objeto que se rebelaba contra el carácter efímero de la música. Un disco tiene que tener suerte para gustar”.

El cantante lanza “Verdades afiladas” como el primer corte que se desprende de Cargar la suerte, su nuevo disco que estrenó la semana pasada, con el que trata de dar lo mejor de sí.

“En la música ponemos más que alma y corazón: eficacia, tenacidad, saber estar, conocimiento, credo musical, sabemos asociarnos una vez, dos veces y más veces… confiamos en nuestros amigos y compañeros. En Cargar la suerte la intervención de mis compañeros es fundamental, el disco suena a todos. Y es de todos”.

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