Las realidades de los habitantes de Valle de Santiago y Loma Dorada son diferentes, pero comparten muchos problemas en común, aunque muy a su manera. Mientras en Loma Dorada vivieron cerca de 30 años sin que el fraccionamiento fuera entregado al municipio y sin que faltaran servicios, en Valle de Santiago Segunda Sección, a dos años de que muchos propietarios adquirieran sus viviendas, los servicios son malos y la vigilancia poca.

En Loma Dorada, fraccionamiento ubicado entre avenida Constituyentes, calzada de Los Arcos y el bulevar Bernardo Quintana, los servicios no han fallado en los últimos tiempos. De acuerdo a algunos vecinos de la zona, éste fue entregado al municipio capitalino hace no más de dos años, a pesar de que su existencia se remonta a más de tres décadas.

Valle de Santiago Segunda Sección, tiene apenas unos años de vida, se encuentra en una de las zonas más alejadas del municipio. Desde la avenida que lleva al lugar se ve el Libramiento Norponiente, por el otro lado se llega a la prolongación Bernardo Quintana.

Las construcciones en Loma Dorada son variadas, tienen diferentes estilos; mientras que en Valle de Santiago las casas son iguales tienen la misma fachada. Las calles también son distintas en ambos lugares.

En una de las calles de Loma Dorada, salen a caminar Daniel Orduña y Laura Quillo, quienes viven en dicho fraccionamiento desde hace 30 años. Confiesan que desde ese entonces sabían que el fraccionamiento no había sido entregado al municipio.

Daniel dice que hace dos años les comentaron que se había entregado a las autoridades municipales. “No se ha carecido de alumbrado, todo ha estado bien”, agrega; mientras Laura dice que con lo que llegan a sufrir, en ocasiones, es con los baches que se hacen en la temporada de lluvias.

Aquí, apunta Daniel, el problema es el estacionamiento (en la vía pública) pues como hay escuelas de nivel medio superior y superior cerca, los estudiantes tomas las calles para aparcar. Mientras que en las noches de los valets parking de los antros que están sobre Bernardo Quintana, utilizan las calles para estacionar los automóviles de los clientes.

Fuera de ahí, dicen Daniel y Laura que no hay mayores problemas, incluso las patrullas de la Policía Municipal de Querétaro, que tiene un módulo a unas cuadras, hace rondines por las calles del fraccionamiento.

Sin embargo, hace unos años se llegaban a presentar algunos delitos, se registraban cristalazos a los autos estacionados en la calle y algunos asaltos a las casas, pero éstos delitos han disminuido en la zona.

Laura explica que a raíz de que se entregó el fraccionamiento ha mejorado la atención a las calles. “Hemos visto más cosas, están poniendo nuevo alumbrado, el camellón, siempre está limpio, andan podando los árboles, recoger la basura de las podas. Les habla uno a las patrullas y llegan muy rápido”, asevera.

Uno de los problemas que presenta Loma Dorada son los cambios de uso de suelo, muchas viviendas funcionan como oficinas, cuando su uso es residencial.

Inclusive en viviendas de calles más privadas son usadas como negocios, aunque como no tienen puertas abiertas, no molestan a nadie, y operan de manera normal, a pesar de no contar con su uso de suelo.

Hace una semana se cambiaron las luminarias antiguas por luces LED. Recientemente, el alcalde Marcos Aguilar Vega, sostuvo un encuentro con los vecinos de Loma Dorada.

Daniel y Laura dicen que Loma Dorada es como cualquier colonia, con sus problemas y conflictos.

Cerca de ahí, frente al módulo de policía, una casa luce en la banqueta una costalera, puesta por trabajadores del municipio. La razón es la corriente de agua que baja de las zonas altas arrastra piedras, ramas y basura.

María Teresa Mora reside en esa vivienda, dice que siempre se llena de aguas negras y basura en esta temporada porque la puerta de su garaje da a la calle por donde baja en cauce.

Los empleados municipales ofrecen ponerle costales de otra manera, invadiendo un poco la calle, para evitar que las aguas invadan la propiedad de María Teresa, quien convalece por un problema de salud.

Valle de Santiago Segunda Sección. Para llegar a Valle de Santiago hay que seguir los señalamientos que instaló la inmobiliaria. En la entrada de los condominios lucen los nombres, que hacen honor a la frailes famosos en la historia de México.

La avenida principal registra una fuga de agua, sale de un tubo de las instalaciones de la Comisión Estatal de Aguas (CEA).

Una menor sale de compras con su familia. Isaac Reyes, padre de la niña de no más de tres años, dice que lleva viviendo una semana y media en el lugar y ha padecido la escasez de agua, pues el pasado fin de semana no tuvieron el líquido en todo el día.

Isaac comenta que todos los demás servicios están en orden. Su familia proviene de la Ciudad de México, encontraron en Querétaro un lugar tranquilo para vivir. Diana Laura Reyes, esposa de Isaac, se dedica al hogar y se dice contenta de haber llegado a tierras queretanas.

Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, para Flor de María Godínez González, quien administra el condominio Fray Pedro de Gante, en Valle de Santiago, que presenta algunas fallas en las casas y las bardas, pues el muro perimetral que protege de las intromisiones empieza a “ladearse”, pues detrás hay un dren pluvial.

Flor explica que desde hace un año le pide al fraccionador que se haga cargo de daños que se han presentado en el condominio, pero pasa el tiempo y no se arreglan sus demandas.

Las viviendas comienzan a presentar daños, incluso se puede apreciar la tubería de un tinaco de una casa que presenta una fuga severa. De la misma manera, dice Flor, el suministro eléctrico tiene fallas constantes, así como el agua, porque sólo tienen el servicio durante unas horas; además las lámparas del alumbrado público a veces no prenden.

Jesús Pérez García, vecino de Flor, dice que nunca tiene agua, sale a trabajar antes de las 7 de la mañana y regresa a las 6 de la tarde, cuando ya no hay líquido en su domicilio.

La seguridad es otro problema, pese a que las patrullas hacen sus rondines, no son frecuentes como en otras zonas, además en una emergencia tardan en llegar hasta una hora, lamentan los vecinos.

“La constructora no ha cumplido con los parámetros necesarios que le pide Desarrollo Urbano del municipio, para poder hacer la entrega-recepción del fraccionamiento… Aún no aparecemos en ningún mapa”, dice Flor.

Imelda Marín lleva dos años viviendo en Valle de Santiago, aunque no es su casa sabe los problemas que tienen en las casas. Uno de ellos es la grieta que presenta la casa en las escaleras. Además, apenas hace unos días por la barda de atrás, la que da al dren, se metieron a robar y se llevaron sus tarjetas de crédito.

Más aún, agrega Martha Mirada, otra vecina de la zona, las tuberías de las casas ya afloran de la tierra; además de que las casas comienzan a separarse de los muros, comprometiendo la integridad de las mismas.

Flor, quien tiene que usar silla de ruedas en estos días por una operación de cadera, ahora se da cuenta que además el fraccionamiento no es amigable con las personas con discapacidad, pues no hay rampas de acceso ni zonas exclusivas de estacionamiento para los mismos.

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