Se cumplió el noveno día de la edición 127 de la peregrinación varonil, que va desde Neblinas a la Basílica de Guadalupe.

Hace nueve días dejaron atrás la capital queretana; en lo que va de la jornada se registrado el fallecimiento de una persona por haberse adelantado y separado del contingente.

El Centro Histórico capitalino fue el escenario que recibió a miles de fieles caminantes por la madrugada, para que desde ahí iniciaran su andar hacia la autopista México-Querétaro.

La primera parada sería en La Noria, para hacer su primer descanso y presenciar la eucaristía que ofreció el obispo Faustino Armendáriz dentro de su recorrido a Pedro Escobedo, donde pasarían la noche. Es una columna de peregrinos que tras nueve jornadas ha aumentado en gran medida su longitud, en comparación a la que inició en Neblinas el pasado 9 de julio.

A las cuatro de la madrugada el Templo de la Congregación, muy cerca de Plaza de Armas, recibió a los miles de creyentes con el propósito de escuchar la misa y recibir la bendición antes de partir. Ahí el padre Javier Bocanegra Morales fue el encargado de celebrar la eucaristía de Buen viaje, y el obispo Amendáriz se encargó de darle la bendición a los viajeros.

Finalizada la misa, encabezados por el obispo, los peregrinos abandonaron el templo católico y se acomodaron por decanatos a lo largo de la calle Pasteur, junto al Palacio de Gobierno y detrás de la capilla móvil, misma que marcó el paso del contingente a pie.

A las cinco de la mañana los peregrinos queretanos iniciaron su andar. Caminaron hasta Independencia y avanzaron hasta Manuel Acuña. Luego tomaron avenida Zaragoza, donde avanzaron hasta 20 de noviembre y Ejército Republicano, avenida por la que llegaron a Constituyentes.

Ahí el contingente de peregrinos caminó hasta el entronque con Bernardo Quintana; después de pasar por debajo del puente, frente a la Universidad Cuauhtémoc, los esperaban alrededor de 200 peregrinos más que se sumarían al recorrido con estandartes de sus respectivos decanatos.

El contingente cobró mayor volumen con peregrinos que se sumaban sobre la carretera.

Los romeros queretanos siguieron por la carretera 45, que los llevó a salir un poco antes del monumento a Conín, donde el grupo de caminantes se incorporó a la autopista 57.

Avanzaron por la lateral hasta el puente ubicado unos metros después del monumento a Conín, por el que cruzaron cuando el reloj marcaba pasadas las 7:30 de la mañana.

Después pasaron del otro lado de la autopista, para encontrarse con la entrada del predio de la comunidad La Noria, del municipio El Marqués, donde el obispo ofrecería la misa del día.

Madrugan a comerciantes

Luego de salir del puente, una amplia variedad de artículos para el peregrino estaban en venta, como los hules para sentarse o acostarse “en donde puedan” por 20 pesos; cubresombreros “por si llueve” a dos por 20 pesos, así como impermeables, banquitos plegables y artículos de higiene personal.

La venta de tacos de canasta y tamales con atole completó aquel pasaje comercial en el que se convirtió todo el espacio alrededor del altar.

Pasó poco más de una hora entre la llegada al lugar y el inicio de la eucaristía. Ya con la mayoría de los decanatos que conforma la peregrinación acomodados frente al altar, a las nueve de la mañana el coro peregrino entonó su canto que anunciaba la entrada del obispo Faustino Armendáriz hacia el altar.

Dentro de la lectura del Evangelio se ahondó en la Parábola del sembrador, con la que el obispo compartió que es de gran ayuda para los romeros al reconocer que la peregrinación “aparece como una oportunidad de reflexión, de meditación que fortalezca nuestra vida cristiana”.

“Todos, sin excepción, necesitamos cambiar algo, poco o mucho, y no lo podemos hacer solos en la peregrinación, desde que salimos de muy lejos... de nuestra geografía de la Diócesis de Querétaro, especialmente en la Sierra, y en este itinerario tenemos la oportunidad de detenernos en el camino.

“En el caminar vale la pena detenerse y dejarse alimentar, fortalecer, porque la palabra de Dios es un alimento", explicó el prelado.

Tragedia

Sin embargo, a esa hora ya se conocía que esta peregrinación no había estado exenta de la tragedia, pues se informó de un accidente en el que por exceso de velocidad una camioneta atropelló a un par de peregrinos que se habían adelantado y estaban muy despegados del grupo.

Uno de ellos falleció en el lugar, muy cerca de un parque industrial en La Noria, razón por la cual el obispo Faustino Armendáriz consideró que “quienes caminan  por separado del grupo no son peregrinos, solo son caminantes que tienen prisa por llegar.

“La peregrinación no es para aquellos que quieren llegar rápido porque van adelantados, espiritualmente se fortalece más el peregrino que camina en comunión con sus compañeros, pero también para prevenir cualquier accidente; las autoridades, a las que agradecemos, custodian la columna pero no pueden custodiarnos a cada uno de nosotros, ellos hacen el esfuerzo de cuidar la columna en unidad, así que les suplico que no se adelanten”, indicó.

“Es lamentable cómo van cientos o miles adelante de la vanguardia y puede suceder un accidente, nos debemos cuidar mutuamente, por eso no nos adelantemos, todos tienen su lugar y vale la pena respetar ese lugar y vivir con seguridad”, expresó el obispo durante su mensaje final.

Pasadas las 10 de la mañana los peregrinos retomaron su andar rumbo a Pedro Escobedo, donde pasaron la noche y de donde hoy salen de madrugada rumbo a su siguiente parada: San Juan del Río.

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