Las calles del centro lucieron llenas, a pesar de la amenaza de lluvia. Miles de personas vieron pasar la Procesión del Silencio, uno de los pasajes más impactantes de la Semana Santa, cuando hombres descalzos hacen penitencia y guardan luto por Jesús muerto en la cruz.

La historia, expone el Patronato de las Fiestas de Querétaro, colocan el nacimiento de la procesión en Sevilla, España; en el estado data de 1966 y este 2017 se celebran 51 años de tradición.

Al cumplir 50 años de tradición, el año pasado, el patronato reintegró elementos como las saetas, que son interpretaciones del estilo flamenco que representan el gran dolor de la pérdida del profeta.

La procesión representa el camino que siguen luego de que Jesús es muerto en la cruz; es el luto que viven la madre de Jesús, María Magdalena y Juan. En Querétaro representa no solo la fe de los católicos, sino también una tradición de visitantes y locales que salen a las calles para vivir los días de descanso que brinda la Semana Santa.

Esta procesión forma parte del llamado “turismo religioso” y que, según estiman autoridades del municipio de Querétaro, pudo generar la visita de hasta 40 mil personas tan sólo en el Viernes Santo.

Los hombres y mujeres participantes dan una muestra fe, mortificación y penitencia; se preparan semanas antes y viven un retiro espiritual al interior del convento de La Cruz.

Así, hermandades y cofradías se dieron cita para el desfile de más de mil niños, jóvenes, mujeres y hombres que cumplen “mandas”.

Quienes forman parte de la procesión caminan descalzos por las calles queretanas, encadenados de los pies y cargan a cuestas un tronco, que simboliza parte de la carga que tuvo Jesús al llevar la cruz, en la que sería finalmente muerto.

Una característica de los caminantes es que ocultan su rostro, con el uso de un capirote en el caso de los hombres, mientras que las mujeres usan velo negro; además, los participantes hacen actos de contrición.

De acuerdo con la tradición católica, no se trata de un triunfalismo religioso, sino un acto de arrepentimiento y penitencia.

Como todos los años, la procesión salió a las 6 de la tarde desde el atrio del Templo de La Cruz, para hacer un recorrido por Felipe Luna, 5 de mayo, Pasteur, Reforma, Juárez, Hidalgo, Corregidora e Independencia, para regresar al punto de partida.

La Procesión culminó pasadas las 8 de la noche; sin embargo, los cierres de calles comenzaron a las 2 de la tarde.

La circulación se liberó pasadas las 23:00 horas, principalmente en las calles Zaragoza, Allende, Universidad y Circunvalación.

La Semana Mayor llegará a su punto culminante este domingo, cuando se celebre el Día de Resurrección.

Este Sábado de Gloria, la Iglesia vive un día de oración por el Cristo muerto, son horas de reflexión, rezo y continuidad del luto, así se vivirá en diversos templos, para luego dar paso a la tradición de quemar a Judas, quien traicionó a Jesús.

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