El Centro de Arte Bernardo Quintana, en el primer cuadro de la ciudad, recibe a un grupo de periodistas y fotoperiodistas con la exposición “Cartas a Rubén”, con la que no quieren y no olvidarán a Rubén Espinosa, fotoperiodista veracruzano, asesinado hace tres años en la Ciudad de México, luego de salir de ese estado tras recibir amenazas.
Dicen que el motivo de las amenazas fue una fotografía del entonces gobernador César Duarte, donde luce ataviado como policía y un sobrepeso evidente. Esa imagen no está en la exposición, aunque hay otra donde se acusa a Duarte de ser asesino de periodistas, con una placa en memoria de Regina Martínez, periodista que también fuera asesinada.
La sala recibe a los comunicadores que se dan cita en una tarde lluviosa y fresca, como suelen ser las tardes en Xalapa, Veracruz, ciudad donde Rubén ejercía el fotoperiodismo, siendo originario de la capital del país.
Los organizadores de la exposición son integrantes del Colectivo de Periodistas Activos de Querétaro y Diente de León Colectivo, quienes como homenaje al trabajo de Rubén se organizaron para traer la exposición a Querétaro, que además estará dentro de dos semanas en el Museo de la Ciudad.
Yunuen Avilés, fotoperiodista que participó en la organización, explica que la gestión para que llegara la exposición a Querétaro se hizo a través del fotógrafo Alejandro Meléndez, quien mostró interés para que se mostrara en la entidad.
Indica que conoció personalmente a Rubén, y que fue Alejandro quien se quedó con el archivo del fotoperiodista, quien con otros fotógrafos de la Ciudad de México organiza la exposición.
Explica que no fue complicado montar la exposición, pues se contó con el apoyo de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), la cual hizo gran parte de la gestión para traerla ante los queretanos.
Yunuen precisa que el legado que dejó Rubén “es como una llama viva, decir que sí se pueden hacer las cosas. Nos deja, sí, una responsabilidad, pero también nos deja una obligación de ser muchísimo más precavidos, de aumentar los protocolos de seguridad, saber qué hacer en situaciones de riesgo, de unirnos como gremio”.
Dice que ellos, como fotoperiodistas, están mucho más expuestos, ya que están “en la primera línea”, tienen que estar en el lugar donde se desarrollan los hechos para lograr una imagen que dé testimonio de lo que pasa en la sociedad.
Los presentes, tras la inauguración de la exposición, observan las imágenes seleccionadas para la muestra, donde hay fotografías tanto de manifestaciones en Xalapa, como una donde se muestra una familias en un callejón húmedo, muy típico de la capital veracruzana.
Llamado a la reconciliación
También en la inauguración de la exposición, la directora de Innovación y Creación Cultural de la UAQ, Gabriela Martínez y Martínez, dice que es importante no perder en la memoria el asesinato del fotoperiodista en su tercer aniversario luctuoso.
“Es un problema sumamente grave y queremos mostrarlo para hacer un llamado a la reconciliación. En este momento estamos trabajando en pro de reconstruirnos, unirnos como humanidad y conformar una sociedad más justa, equitativa, con mayor igualdad y con justicia”, subraya frente a los presentes, muchos de ellos fotógrafos, quienes con cámaras en mano, parecieran rendir a su manera un homenaje a su colega asesinado.
David Steck, colaborador de Diente de León Colectivo, apunta que esta muestra es un llamado a respetar el trabajo de la prensa y, al mismo tiempo, un homenaje a un periodista que nunca se dejó intimidar con nada.
“Es muy interesante ver su obra plasmada, pues la sociedad tiene derecho a verla. Yo conocí su integridad, era una persona muy imponente, si quería algo lo lograba, era un ser humano tremendo”, comenta Steck.
Responsabilidad
Los presentes observan las imágenes, comentan algunas, recuerdan historias, hechos que han vivido en su trabajo diario en la calle, desde las complicaciones al no contar con buenas condiciones laborales, sueldos bajos, hasta presiones del poder y la censura.
En ese sentido, Yunuen Avilés precisa que hace falta que las empresas de comunicación se hagan más responsables del personal que están contratando.
Recuerda que cuando Rubén sale de Veracruz para llegar a la Ciudad de México lo hace en condiciones económicas malas, incluso, alguien de la agencia de fotografía donde trabajaba le tiene que dar algo de dinero para que pueda salir.
“Debemos vivir de nuestro trabajo. Debemos vivir de lo que estamos haciendo, aparte, como gremio, tenemos nuestras carencias. Esto es un llamado a unificarnos todos, a incrementar la capacitación para que esto no nos suceda. Cada uno tiene la obligación para capacitarse”, enfatiza.
Rubén Espinosa fue asesinado junto con otras cuatro mujeres, y a la fecha no hay sentenciados por el crimen, que fue conocido como “el caso Narvarte”, pues fue en un departamento de esa colonia de la Ciudad de México donde ocurrieron los homicidios.
El fotoperiodista dejó el estado de Veracruz el 9 de junio de 2015, por sentir su integridad en riesgo por las amenazas y hostigamiento que recibía, pero poco más de mes y medio después le fue arrebatada la vida.
De esta manera se rinde un homanje a quien por ejercer su trabajo, hoy ya no está, pero se manda un mensaje para que la sociedad se entere de lo que ocurren en los medios y en general, lo que este tipo de actos, el homicidio del fotoperiodista, refleja la impundad con la que se vive y se trabaja en Veracruz.
Pero no sólo en el ejercicio del periodismo, también en la defensa de los derechos de los ciudadanos es otro de los sectores que día a día vive en la incertidumbre por hacer un trabajo que suele ser incómodo para varios.
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