Es el momento de reflexionar sobre las condiciones de violencia, desigualdad y falta de oportunidades, además de un momento irrepetible para quienes ostentan el poder político y escuchar a las mujeres, considera la defensora de los derechos de las mujeres, Maricruz Ocampo Guerrero.

¿Cuál es el sentido primordial de la lucha de la mujer?

_La lucha de las mujeres es por nuestros derechos, no empezó hace tres días, no hace 15 días, ni hace un mes, no hace seis meses, ni siquiera con la 4T.

Estamos proponiendo que esta vez sí escuchen. Que esta vez, tanto hombres como mujeres que nunca se han sumado al movimiento escuchen lo que estamos diciendo y, si es posible, hagan una reflexión para cambiar el paradigma.

No es algo que estamos iniciando. Es algo que hemos venido reclamando por años, y que ahora se está dando esta coyuntura por la razón que sea. Porque un medio cometió el gravísimo ultraje a una víctima de publicar su cadáver en la portada, porque un Presidente de la República que puede ser muy empático para muchos temas no ha encontrado cómo hablarle a las mujeres, porque en la misma Cámara de Diputados ha habido quienes levantan la mano para ir en contra de los derechos humanos de las mujeres.

En esta ocasión lo único que estamos pidiendo es que escuchen. No nos expliquen el movimiento, no nos digan lo que creemos, no nos traten de decir quiénes están organizando. Quienes estén tratando de meter mano negra están topando con pared. Todos lo están intentando. No hay un sólo partido o un proyecto que no lo esté intentando.

Que también no hayan comprendido que se crean con el derecho de darnos permiso para manifestarnos, porque eso es lo que están tratando de hacer.

Este es un llamado muy importante a la reflexión, creo que ha despertado a muchas mujeres que por años estuvieron en una situación, no quiero decir de comodidad, pero de adormilamiento, porque quizá ellas no habían experimentado la violencia de esta forma, o no se habían dado cuenta.

Qué bueno que les causó tanta indignación lo de Ingrid [Escamilla] y lo de Fátima, pero también necesitamos que se indignen por las cosas chiquititas para poder evitar esas cosas tan enormes, como esas que ocurrieron. Mientras eso no ocurra, esa va a seguir pasando. No es en contra del presidente López Obrador, no es contra del gobernador, ni contra los presidentes municipales. Es en contra de la violencia sistemática que está instaurada en todas nuestras instituciones y de la que se han negado a responsabilizarse.

¿Ha habido casos de violencia así en Querétaro?

—Sí. No es necesario que diga cómo las mataron. No tendríamos por qué estar repitiendo la forma en la que terminaron sus vidas, pero terminaron en esas situaciones porque se niegan los funcionarios, se niegan los políticos a hacer realmente una labor profunda que lleve a este país a la erradicación de la violencia. Todos son “curitas”.

Todo lo que buscan es este populismo penal de “vamos a aumentar la pena a 800 años de prisión, traigamos de regreso la pena de muerte, vamos a castrar químicamente”. Países que respetan los derechos humanos, incluso de lo peores agresores, nunca han recurrido a ese tipo de castigos, porque lo atacan desde abajo.

Cómo se atreven en el país de las terribles injusticias que vivimos a proponer medidas que no solamente son inhumanas, sino que no son irreversibles, que no pueden garantizar justicia reversible.

¿De qué manera se puede ejercer esa presión hacia la gente que tiene el poder en el estado y en el país?

—Estamos llegando a varias cosas que nos van a servir. Ha habido un despertar colectivo de muchas mujeres que nunca lo habían hecho. Tenemos aliadas en algunas legislaturas, sobre todo en el Congreso de la Unión. Afortunadamente las tenemos en México, pero hay que volvernos vigilantes de que cada vez que salga el presupuesto, ver para qué le están destinando el dinero, porque en este estado van a destinar 300 millones de pesos a publicidad y a promoción social, y le van a destinar menos de 25 millones de pesos a la erradicación de la violencia contra las mujeres.

Tenemos que empezar a ser muy vigilantes de nuestras diputadas y nuestros diputados. Tenemos que intervenir, porque si nuestra policía local, la policía que camina por nuestras calles nos manda al carajo cuando pedimos ayuda para una mujer, tenemos que exigir que sea policías mejor capacitadas y preparadas las que caminen en nuestras colonias.

El llamado a la reflexión es a toda la población de qué hago en mi metro cuadrado. Cómo combato la violencia en mi metro cuadrado, cómo soy parte de la violencia en mi metro cuadrado. A lo mejor cuento un chiste, a lo mejor comparto un pack, o me quedo callado cuando a una mujer la están agrediendo, o porque he escuchado gritar a mi vecina y nunca he hecho nada. Eso nos toca a nosotros como sociedad.

A los políticos, a los que están en el poder, los que tienen la obligación de hacer políticas públicas, de promover, garantizar y respetar los derechos humanos de las mujeres, y hombres de este país, qué han hecho (…), qué han hecho en su metro cuadrado. Es lo que estamos pidiendo: Cierren la boca y escuchen. Así: Cierren la boca y escuchen, porque por años se han negado a hacerlo y por eso matan a 10 mujeres todos los días.

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