En menos de cinco minutos el América se llevó, por segunda vez en una semana, el Clásico Nacional. Lo ganó fácil (0-2) ante un Guadalajara que traicionó a su historia, a su orgullo y a la estabilidad de su banquillo.

Lejos de los goles de Nicolás Castillo y Andrés Ibarguen, el principal villano fue José Cardozo. El técnico de las Chivas fue el más repudiado, incluso, desde antes de arrancar el partido en el pletórico estadio Akron. Abucheos retumbaron una vez que el sonido local mencionó su nombre en la alineación rojiblanca.

Claro divorcio de la afición con el pastor del Rebaño, a quien no perdonaron la eliminación de la Copa MX a manos del América, el pasado miércoles, y mucho menos la humillación de ayer por la undécima jornada del Clausura 2019.

Apenas se habían agotado dos minutos de aquella falsa promesa se reivindicación tapatía, cuando las Águilas abrieron el marcador, en una jugada a balón parado que Nicolás Castillo cazó con un remate de cabeza, luego de superar a Miguel Ponce, el encargado de hacerle marca personal al chileno.

Pese a la anotación, ambas escuadras aparentaban una paridad en la posesión del balón. El cotejo se tornó ríspido, con duras entradas que prendieron los ánimos de los técnicos Cardozo y Miguel Herrera, que desde sus bancos no dejaron de reclamar al cuerpo arbitral.

La presión rodeó a los silbantes y su uso del VAR (videoarbitraje). Isaác Rojas no concedió un penalti a favor de la localía, luego de una polémica falta del central Bruno Valdez dentro del área.

Sin guardarse reclamos al cuarto árbitro, el Piojo Herrera se ocupó en un mejor despliegue de líneas, que permitieron a los de Coapa mantener a raya a los tapatíos que antes de llegar al descanso del medio tiempo, ya habían perdido también a un elemento, con la expulsión de su hombre más experimentado en clásicos, Jesús Molina.

A la ofensiva, Cardozo no tenía mayores opciones, luego de mandar a la banca a los delanteros Alexis Vega y Alan Pulido, este último por molestias que lo tumbaron al césped.

"Fuera Cardozo, fuera Cardozo", fueron los gritos que acompañaron el partido desde que los jugadores se fueron al vestidor y hasta el pitazo final.

La realidad fue diferente para las Águilas, que encontraron su segunda anotación en el complemento, por conducto de Ibargüen, quien venció al guardameta Raúl Gudiño para firmar el 0-2 y hacer retumbar el recinto en un sorpresivo y potente festejo de seguidores azulcrema.

América se confirmó como dueño de los clásicos nacionales y tomó impulso en los principales puestos de clasificación, con 19 puntos, mientras que Chivas se quedó  en 15 unidades, además del eco de reclamos de su afición y la insostenible continuidad del Diablo Mayor, que hizo del Rebaño su propio infierno.

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