ARLINGTON.— Su característica sonrisa se derrumba cuando le vuelven a dar la fluorescente casaca, esa que distingue a los sustitutos de los titulares, pero el espíritu combativo está intacto.

Javier Hernández aún no termina de familiarizarse con el rol que actualmente desempeña en la Selección Mexicana. Habituado a ser el niño consentido, el que atrapa reflectores, ahora debe hacer méritos para recuperar lo que fue suyo.

No, tampoco ante Ecuador y sin homenaje de por medio, será titular. Miguel Herrera ha decidido probar a Giovani dos Santos como socio de Oribe Peralta. No le queda de otra más que esperar otra oportunidad y no desperdiciarla.

“Eso es parte del futbol”, sentencia El Chicharito. “Nunca en mi carrera he tenido el lugar seguro, jamás me he sentido así. Siempre trabajo al 100% para poder aprovechar, se me dé un minuto o 90”.

Su problema radica en que no lo ha reflejado en el marcador. Se trata del tercer máximo realizador en la historia del Tricolor (35 goles), pero no estremece las redes adversarias desde hace casi un año. La más reciente ocasión que anotó con el representativo fue el 22 de junio, ante Japón, en la Copa Confederaciones.

Ha extraviado a su mejor amigo, al menos cuando viste de verde. Necesita hallarlo cuanto antes para evitar volver a ser suplente en una Copa del Mundo.

“No hay club ni selección en el mundo en la que sólo existan 11 jugadores… Bueno, sólo en los tiempos de mi abuelo [Tomás Balcázar]”, afirma. “Ahorita, son plantillas de 23 ó más y [la suplencia] es parte del futbol”.

“Estamos acostumbrados”.

Reencuentro especial

Sin importar que inicie en el banquillo, el duelo de esta tarde tendrá un mágico ingrediente para Hernández: la Selección de su país enfrentará a la de Antonio Valencia, uno de sus mejores amigos en el Manchester United.

El Chicharito jamás olvidará la ayuda recibida por el ecuatoriano, dentro y fuera del lienzo verde, durante sus primeros meses con los Red Devils.

“Tengo una gran amistad con él, enorme cariño. Me recibió bastante bien cuando llegué [2010], porque él ya tenía un año en mi club”, recuerda. “Hemos platicado muchísimo de este sueño para los dos, que es ir a una Copa del Mundo”.

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