LONDRES.— Han pasado 20 años desde el último fallecimiento de un piloto en la Fórmula Uno. Pero ese detalle, que habla de la seguridad del serial, acaparará menos atención que el aniversario de la muerte de Ayrton Senna este 1 de mayo.

“Es cierto que es bueno enfocarse en el hecho de que han pasado 20 años. Pero uno siempre tiene ese sentimiento de no tentar al destino”, reflexionó a la agencia Reuters Max Mosley, ex presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA).

Mosley, quien corrió en la carrera de la Fórmula Dos en 1968 en la que murió Jim Clark y que era presidente de la FIA cuando Senna falleció, está orgulloso de lo que se ha logrado desde entonces.

Eso, para él, es el legado real de un nefasto fin de semana en el que perdieron la vida dos personas: Senna durante la carrera y el austriaco Roland Ratzenberger en las clasificatorias el día anterior.

Mosley, junto con el médico de la F1 Sid Watkins y otras personas en la FIA, fue clave para implementar medidas de seguridad en la F1 pero también en normas viales en toda Europa.

“Ese fin de semana [en Imola] fue el catalizador para un cambio en las calles que literalmente, sin dudas, salvó cientos de miles de vidas”, dijo Mosley.

“Hoy no tendríamos el Euro NCAP (Programa de Evaluación del Automóvil Nuevo), la prueba de choque, la Comisión Europea no hubiera elevado las normas de seguridad”, comentó.

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