MADRID.— El novillero Brandon Campos dice que la cornada del domingo en la plaza de Las Ventas “son gajes del oficio”. Que cuando toreas es normal llevarte alguna. Y que aquella fue “la quinta de mi vida, pero no la más peligrosa”, como reconoce en entrevista con EL UNIVERSAL.

La peor fue una que recibió en Guadalajara con triple trayectoria de 35, 15 y 10 centímetros. “Ésta ha sido pequeña. Además fue limpia, sólo muscular, y de 15 centímetros en el muslo izquierdo”, relata.

Así que es muy posible que el doctor Máximo García Padrós, quien lo atiende en la clínica La Fraternidad de Madrid, hoy le quite el drenaje y mañana le dé el alta y pueda volver a casa de su apoderado, Antonio Pedrosa. Y en cuanto se recupere “y me encuentre un poco mejor, volveré a los entrenamientos, porque por ahora no tengo ninguna actuación prevista”, dijo el queretano.

Campos tuvo una buena actuación en el concurso de novillada con picadores en la que llegó a la final, pese a que no consiguió ganar. “Hacía tanto viento que no sabías ni por dónde venía el toro”, recuerda. Y fue ese viento el que provocó que se llevara hasta tres volteretas del sexto utrero de Guadaira. Fruto de los golpes se lastimó en la oreja, en la espalda y la espinilla, pero él dice sentirse “bien y muy tranquilo pasado el susto”.

Cuando terminó la corrida, el joven queretano se negó a ir a la enfermería de la misma plaza de toros. “No pensé que tenía nada grave, porque mi pierna no sangraba”, relata. “Por eso sólo entré para ver cómo estaba mi compañero Rafael Cerro, quien ganó el concurso, pese a que el toro le agarró cuando ya había terminado la faena”, recuerda.

“Fue en el hotel cuando al quitarme el traje y voltearme para ver la pierna —porque me dolía mucho— vi el boquete”, reconoce.

—¿Y te desmayaste?

“No, la verdad no, porque como no me sangraba, ni me desmayé ni me asusté. Sólo avisé a mis compañeros y ellos decidieron llevarme al hospital”, recuerda.

En el hospital fue operado por el médico que se encontraba de guardia. La cirugía fue rápida y apenas duró menos de una hora. Ahora sigue ingresado y acompañado, porque Rafael está en la habitación de al lado.

El extremeño tuvo peor suerte y su cornada fue de 20 centímetros hacia dentro, lo que provocó que le lastimara la bolsa escrotal. A él, el viernes lo dan el alta.

“Aquí me encuentro muy bien”, asegura Campos. “Me están tratando de maravilla y me siento muy agusto. Así que sólo tengo palabras de agradecimiento para todos los que trabajan aquí y también para todas las personas que me han llamado y mandado mensajes desde México, que son muchas. Familiares, amigos, seguidores...”, dice.

—¿Has visto las imágenes de cuando te embiste el toro?

“No, todavía no, pero ya me han dicho que son impresionantes”, reconoce. “Mi mamá y mi papá se asustaron muchísimo. Y no me extraña”, asegura tranquilo el queretano.

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