Los Pumas mostraron agonía frente al Atlas. Martirio que el estadio Jalisco atizó con un 1-2 porque los universitarios siguen sin ganarles en tierras tapatías desde diciembre de 2004.

Son casi 13 años de impotencia que los capitalinos reflejaron ayer por la noche, incluso, después del pitazo final del árbitro Eduardo Galván, a quien los felinos se querían devorar, cegados por su incapacidad colectiva e individual.

Apenas transcurrió un minuto de juego y los felinos daban el zarpazo en redes ajenas. El responsable de abrir el marcador, el mediocampista español Abraham González, superó a tres defensas para puntear el esférico al fondo de la cabaña de Miguel Fraga tras un anticipo de Néstor Calderón.

Pero el rugido fue corto. Universidad fue incapaz de mantener el dominio, de agrandarse ante unos Zorros que apostaron a los servicios largos al área, los cuales, desordenaron a la ya vulnerable defensa, una línea plagada de errores que el técnico Francisco Palencia insiste en colocar.

Y en cuestión de 58 minutos, los pupilos de Guadalupe Cruz dieron la lección. El colombiano Jaine Barreiro (12’) igualó los cartones tras un remate de cabeza y el argentino Matías Alustiza hacía la diferencia también con la testa, luego de un fino centro con el sello de calidad del veterano Rafael Márquez, zaguero que debutó hace 20 años, justo en un duelo contra los Pumas, que en su actualidad sólo demuestran ganas, mas no calidad.

Con dos victorias, el Atlas llegará sonriente a su tercera cita del torneo, contra Toluca.

Mientras, los felinos del Pedregal regresan a casa a lamerse urgentemente las heridas del primer tropiezo de la temporada, pues el fin de semana visitan al América, en el Azteca, juego de alto riesgo donde la fanaticada puma pasaría de los cánticos a la frustración, tal y como lo hizo anoche, con actos violentos que confrontó a las porras, una mancha tanto en gradas como en las inmediaciones de un Jalisco que sigue maldito.

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