GUADALAJARA.— Es de sabios reconocer. Al futbolista de Chivas, Ángel Reyna, no le ha quedado de otra más que aceptar su error. El domingo pasado, aventó el balón a David Cabrera y ganó con ello su segunda amarilla. Dejó al equipo en desventaja. Puso en riesgo el resultado. Por eso, la mañana de ayer ha admitido la falla ante todo el plantel, previo al entrenamiento realizado a puerta cerrada en Verde Valle.

Dentro del reglamento interno del Guadalajara, se contemplan sanciones por este tipo de acciones. Una expulsión por una jugada propia del partido, no tiene mayor problema. Pero una tarjeta roja por perder la cabeza, se castiga. El técnico del Rebaño Sagrado, Carlos Bustos, revela que la situación se estudiará internamente, pero no se atreve a descartar una multa.

“Eso lo vamos a manejar internamente. De cualquier manera, él sabe que se equivocó. Creo que nosotros tenemos que hacer sentir al jugador y él mismo debe enfocarse en estar mejor, nada más. Yo ya he hablado individualmente y lo hemos charlado grupalmente. Es importante reconocer, independientemente de alguna situación que pudiera haber declarado apenas terminó el partido, por la calentura. Él sabe y todos sabemos que fue una situación que podía haber evitado”, señala el estratega.

Descartan grillas

Ni siquiera duermen en el mismo cuarto. En concentraciones y viajes, Antonio Rodríguez es acompañado por Kristian Álvarez, mientras que el portero suplente, Luis Ernesto Michel, descansa en otra habitación. Así, se ha roto la vieja costumbre de que los arqueros estén juntos. Los rumores se han desatado. Se especula que la relación entre ellos no es la mejor.

En las prácticas realizadas en Verde Valle, tampoco se observa diálogo entre los guardametas. La situación se presta para los malpensados. También se habla de la molestia de Michel por estar en la banca y la supuesta “grilla” que hace en el vestidor para recuperar el puesto, pero el cuerpo técnico y la directiva lo niegan todo.

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