RIO DE JANIERO.— Un artista del café dibujó sobre el Maracaná dos tantos hermosos para su Colombia que sirvieron para eliminar a Uruguay y amenazar a Brasil.

James Rodríguez está convertido en un hombre que a los 22 años tiene una imaginación y un virtuosismo dignos de la élite internacional. Ya es un hombre histórico, pues con su doblete puso a los colombianos donde siempre soñaron y nunca habían estado: en los cuartos de final de una Copa del Mundo.

Además, se convirtió en el líder de goleo de la justa mundialista.

El joven mediocampista cafetero tiene bajo perfil. Su edad (22 años) hace pensar que es una promesa, pero comienza a desplegar lo mejor de su futbol, Para la FIFA es el mejor futbolista del Mundial, en donde también participan Lionel Messi, Arjen Robben, Cristiano Ronaldo, Karim Benzema.

Esa misma juventud le hace a James atreverse a acciones impensadas, a sacar de sus botines tiros técnicos y letales. Un crack en éxtasis que hace pensar que Colombia puede llegar a sorprender a la Pentacampeona del Mundo para seguir en la pelea por el título del orbe.

Prueba de su talento fue el tanto que abrió el marcador sobre unos uruguayos golpeados anímicamente por la pérdida de su delantero estrella, Luis Suárez.

Rodríguez recibió el balón de un compañero y el tiempo se detuvo por un instante. Rodeado por camisetas celestes en la cancha, y por más de 73 mil fanáticos delirantes en las gradas, el prodigio colombiano durmió el esférico con una calma pasmosa, sin perderle la vista por un solo segundo.

De inmediato giró sobre su eje y sacó potente volea. El arquero uruguayo Fernando Muslera reaccionó lo más rápido que pudo, estiró el brazo hasta donde lo permitieron sus coyunturas. Pero le faltó algún centímetro. La pelota pegó en la parte interior del travesaño y entró al arco.

Era el 1-0 de Colombia al 28’ en su duelo ante La Celeste por los octavos de final de la Copa del Mundo.

Como ya ha hecho cinco veces en las dos últimas semanas, James corrió al córner. Con su sonrisa de mil watts, abrió los brazos y se dejó enredar por la adoración de un delirante Maracaná. Colombia estaba rumbo a sus primeros cuartos de final de un Mundial, y todo gracias a este genio de apenas 22 años, estrella y goleador de la Copa de Brasil.

Colombia no estaba dispuesta a correr riesgos en su camino hacia la historia. Por más moribunda que esté Uruguay, siempre apela a su garra charrúa para salir adelante.

Apenas salieron del descanso, el cuadro cafetero sólo tardó cinco minutos en poner el 2-0, con una bella combinación que empezó y terminó Rodríguez en su día más grande con la selección. La ola amarilla en el estadio Maracaná saltó emocionada para “abrazar” el segundo gol de James, el que confirmó que Colombia estaría en cuartos.

La felicidad de la joven joya cafetera era evidente, levantaba los brazos en señal de triunfo. Con esa tarde mágica, ese artista del café amenaza con eliminar a Brasil.

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