Tratar de justificar derrotas no es el estilo de Guillermo Ochoa. Es por eso que su discurso tiene que ver con lo experimentado antenoche por los seleccionados, después de las lesiones de Néstor Araujo y Carlos Salcedo.

El meta del Standard de Lieja reconoce la calidad de Croacia y el revés sufrido sobre el maltratado césped del AT&T, pero confiesa que los dirigidos por Juan Carlos Osorio no fueron los mismos tras las lesiones de ambos zagueros.

“Claro que existe temor de vernos [lesionados]. No le puedes exigir a un compañero que vaya a un balón dividido o a un cabezazo”, confiesa. “Somos profesionales, pero también seres humanos y tenemos un Mundial a la vuelta”.

“Es el máximo sueño de todo futbolista, y ves a Néstor, a Carlos, a Diego [Reyes], y a jugadores de ellos [lastimados] y dices: ‘Ok, es importante, pero es un amistoso. No voy a dejar aquí la vida’. También es respetable y válido de mis compañeros bajar ese ritmo”.

Ochoa confiesa que al grupo le cimbraron las lesiones, sobre todo porque en el mismo estadio —hace casi cuatro años— Luis Montes sufrió la fractura de tibia y peroné que le dejó fuera de Brasil 2014.

“Esperemos que [lo de Araujo] sólo sea el susto y no pase a mayores. Lo de Carlos también es fuerte, pero creo que tiene tiempo para llegar”, agrega. “Esto puede sucederte después, en el Mundial, así es que tenemos que estar preparados todos los que hemos estado en el proceso”.

“Te da impotencia, rabia, tristeza, decepción, porque distingues los golpes, las lesiones, los gritos de los compañeros, y sabes cuando algo es delicado”, afirma. “En el momento que pasó, al ver su cara me di cuenta, además de que hemos platicado todo este tiempo y él está ilusionado con el Mundia”.

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