Veracruz.— Caminan sobre la opaca arena jarocha para tratar de sacar el cansancio generado durante el duelo de ida en la serie ante los Tiburones Rojos. Pero lo que provoca pesar en sus pies es la frustración por haber fallado a la hora cero.

Eso explica que las sonrisas auriazules no aparezcan durante el más duro entrenamiento. Ni siquiera patean un balón, no hace falta. Los ejercicios realizados en la playa se tornan aún más tediosos por el recuerdo de lo sucedido antenoche en el estadio Luis de la Fuente.

Todavía golpeados por el revés ante el Veracruz (0-1), los Pumas apelan a la fortaleza que les otorga jugar en CU para no ser la enésima víctima de la ‘maldición’ que suele perseguir al líder de la fase regular. “Allá nos hacemos fuertes y tenemos que sacar provecho de eso para ganar el juego que falta”, atina a decir el delantero Eduardo Herrera. “No tenemos que poner pretextos, sólo levantar la cara y listo”.

“No hicimos el futbol que normalmente realizamos, [pero] podemos revertirlo. No debemos caernos. Esto es de 180 minutos y apenas fueron 90. Será diferente en casa”.

No lo emplean como excusa, pero todos los dirigidos por Guillermo Vázquez se sintieron incómodos en la húmeda superficie del ‘Pirata’.

Fue el local más productivo del Apertura 2015 (siete victorias y un revés), dominio que deberá mantener para instalarse en semifinales por primera vez desde el Clausura 2011, cuando obtuvo su más reciente título de Liga.

“La cancha no es pretexto. Jugamos un muy mal primer tiempo y nos salió barato el 1-0”, admite el contención Alejandro Castro. “Estamos bastante molestos con el accionar del equipo y conscientes de que debemos hacer un muy buen partido para avanzar”.

Lo que despertó a sus demonios internos es la frustración de saberse lejos de la productiva versión mostrada en el torneo. Por lo que no tienen ganas ni de otorgar autógrafos. Un diminuto grupo de aficionados auriazules se acerca a la playa para solicitar la firma o la instantánea con sus ídolos. El único que accede es Alejandro Palacios. El nivel del meta es distinto al del resto. “Cómoda no va a ser alguna derrota. No sacamos algo positivo. Veníamos a ganar y no se logró”, lamenta el atacante Matías Britos. “Aunque esto no se ha terminado y sólo necesitamos un gol”.

Ese que les sobró durante toda la campaña, pero lo extraviaron en el momento justo. “Sabemos que el equipo no funcionó como lo venía haciendo, pero hay que pensar que aún faltan 90 minutos”, recuerda Castro: “Buscábamos un resultado favorable, pero no se dio y no podemos cambiarlo. Podemos revertirlo, nuestra gente va a pesar”.

Porque si no, la caminata a un costado del Golfo de México bien podría ser el preludio de una amarga pretemporada rumbo al Torneo de Clausura 2016.

Google News