Monterrey.— Sin puntería ni futbol, el Monterrey resbala frente al medroso Atlas en el estadio Tecnológico.
Una pifia desde los 11 pasos del chileno Humberto Suazo aniquila a La Pandilla, que termina por caer 0-1 en la ida de cuartos de final a manos de los Rojinegros, que con el mínimo esfuerzo saldrán airosos, aún si pierden por el mismo marcador, el domingo en el estadio  Jalisco.
Un bombazo del paraguayo Caballero, al combinarse el bajón anímico de los Rayados, basta para que los atlistas se encuentren con el triunfo, a pesar de no exponerse mucho ni procurar sacar suficiente jugo al gol de visitante.
En los minutos iniciales, todo parecía sonreírle al equipo de La Sultana. La presión Rayada comenzaba a agobiar al apurado conjunto rojinegro, acorralado y sin salida. A tal grado que al 20’, Luis Gerardo Venegas se ayuda con la mano derecha, dentro del área, y el árbitro Luis Enrique Santander no titubea y corre hacia el manchón penal. Increíblemente, ‘Chupete’ Suazo tira mal y el esférico viaja desviado del poste izquierdo de Vilar, vencido a poste contrario.
La imperdonable falla golpea en el ánimo del plantel norteño, que a partir de entonces se apaga irremediablemente. El peor rendimiento del chileno, en años, se refleja en La Pandilla. La sequía goleadora de Suazo cuesta caro y abre las puertas al tímido cuadro rojinegro.
Tan caro resulta, que al 34’, en una acción aislada, Luis Nery Caballero suelta un disparo lejano que sorprende mal parado al arquero Jonathan Orozco y el esférico aterriza en las redes enemigas.
El intento desesperado de Lucas Silva, en el último minuto del primer lapso, tampoco encuentra la portería de Vilar, acompañado de la suerte.
Después de un segundo lapso infumable, hasta el minuto 67, ‘Chelito’ Delgado se sacude la grosera modorra en que cae el juego y estalla un bombazo que obliga la intervención del arquero atlista, quien con la yema de los dedos aleja el peligro encima de la portería.
Luego vuelve el dormilón paseo, de un lado a otro, del esférico, sin efectividad ni confianza. Ese penalti fallado por su principal animador, ha liquidado el poco coraje que quedaba a los Rayados, luego de caer en la última jornada del torneo regular ante los Pumas.
El dominio estéril de los norteños contagia a su afición, resignada a una pronta eliminación, a menos que despierten en el Jalisco.

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