Mientras se recuperaba de una lesión, Claudio Bravo pasó sus primeros días en la Copa Confederaciones en silencio, alejado de los reflectores. Se entrenaba aparte, haciendo todo lo posible para sanar de una rebelde lesión de gemelos que lo tenía inactivo desde fines de abril.

Conscientes de su peso en la selección de Chile, sus compañeros no se cansaban de elogiar sus virtudes y de expresar optimismo de que pisaría la cancha en algún momento durante el campeonato. Finalmente apareció en el último partido de la fase de grupos, y el miércoles en semifinales demostró por qué es el eterno capitán del plantel.

Bravo atajó los tres disparos que encaró y Chile se impuso 3-0 sobre Portugal en una definición por penales para avanzar a la final de la Confederaciones, donde buscará su tercer título internacional en dos años.

El arquero de 34 años del Manchester City se perdió los primeros dos encuentros del torneo por una lesión que sufrió con su club inglés el 27 de abril. No jugó desde entonces hasta el domingo, cuando fue titular en el empate 1-1 contra Australia que cerró la fase de grupos.

"Me tocó un periodo de lesiones donde la activad no fue la habitual para mí, pero es parte de esto”, afirmó Bravo. “Me he tomado las cosas con calma, tal cuando pasó eso (la lesión), tal cual me las tomo ahora".

Detener penales en los momentos más importantes se ha convertido en toda una especialidad para Bravo, que también fue protagonista cuando Chile derrotó a Argentina por esa misma vía para ganar las finales consecutivas de la Copa América en 2015 y 2016. En la primera, en Chile, le atajó un disparo a Ever Banega, y al año siguiente la víctima fue Lucas Biglia.

En esta ocasión, tapó los tiros de Ricardo Quaresma, Joao Moutinho y Nani. Y Bravo afirma que no es casualidad.

"No es una ruleta (los penales), hay trabajo y mucha información de por medio. Hoy en día hay inteligencia de las condiciones que puede tener uno u otro (pateador)", dijo Bravo. "En penales lo teníamos claro, yo más que todos sabía cuál era mi labor, que es la misma de las tandas anteriores. Me voy satisfecho, porque hicimos el trabajo correcto para doblegar al campeón de Europa".

El técnico Juan Antonio Pizzi destapó el secreto de Bravo en los penales.

"Claudio tenía bien estudiado a los pateadores, los entrenadores de porteros nos dieron información sobre los pateadores y eso nos permitió ganar", señaló el timonel.

Gracias a esa preparación, Chile está otra vez en una final en la que se enfrentará al ganador del duelo entre Alemania y México que se dirime el jueves en Sochi.

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