Guadalajara, Jal.-  Gallos Blancos pasó su peor trago de la campaña, al saltar a la cancha del estadio Omnilife para medirse a Chivas por la jornada 16 del Clausura 2013, sabiendo que sólo dos goleadas de escándalo le evitarían descender. El Gallo perdió la sonrisa pero no el orgullo. Con pundonor y amor propio sacó los tres puntos de la casa del Rebaño Sagrado al imponerse 2-1.

Querétaro fue el primero en plasmar en el terreno de juego su propuesta ofensiva, aunque con poca profundidad. Fue después de diez minutos que el Rebaño salió de su letargo emparejó el trámite del cotejo.

La primera jugada clara de gol fue de Gallos. Julio Nava desbordó por la banda izquierda y sacó un centro, que aunque algo incómodo, remató Wilberto Cosme a un par de metros del portero Luis Ernesto Michel, quien de manera magistral pudo detener el recorrido que realizaba al centro de su meta para casi suspenderse en el aire, y con un manotazo, mandar el balón a tiro de esquina.

Al minuto 27 una nube se posó sobre los Gallos Blancos, cuando en una jugada en media cancha, Gonzalo Pineda entró con los tacos sobre la espinilla de Carlos Cisneros, recibiendo la tarjeta roja por parte del silbante Isaac Rojas.

La más clara de Chivas en la primera mitad llegó precedida por un error de Marco Jiménez, quien dejó pasar dentro del área una pelota que pudo haber controlado con facilidad. Para su sorpresa detrás de él apareció Sergio “Cherokee” Pérez quien centró un balón un poco retrasado para la posición de Miguel Sabah, quien hizo gala de toda su técnica y experiencia para sacar un remate de media tijera que apenas se fue alejado del poste derecho de Sergio “Matute” García.

A pesar de la desventaja numérica, el cuadro queretano no bajó los brazos y siguió atacando, para aprovechar al minuto 35 que la defensa chiva parecía estar con la mente lejos del partido. Oswaldo Henríquez lanzó un largo servicio desde la media cancha para la llegada Luis de Souza “Apodi”, quien con comodidad entró al área y sacó un servicio raso en diagonal.

En primera instancia, parecía que la pelota quedaba muy adelantada para los delanteros albiazules que acompañaron la jugada. Pero el más sorprendido fue Sergio Pérez, quien primero no pudo evitar que la pelota le pegara en la pierna, y luego, al intentar despejar sólo rebanó la de gajos para enviarla al fondo de la red.

El festejo de la afición queretana, que para entonces ya era más ruidosa que la tapatía, no se hizo esperar, al tiempo que el desencanto era la constante en el rostro de los seguidores locales.

A tres minutos del descanso pudo llegar el segundo, luego de un servicio de tres cuartos de cancha que techó al portero y la defensa rojiblanca y fue aprovechado por Dionicio Escalante, que de cabeza recentró al área chica; la posición de Cosme era muy incómoda y desde el suelo apenas pudo enviar un disparo que salió justo a los brazos de Michel.

Pero Gallos no perdonaría en el complemento. Al 53, Jiménez centró desde la izquierda. El esférico llegó hasta el límite opuesto del área, donde Amaury Escoto rescató la jugada y mandó un servicio que parecía de rutina para que los locales lo resolvieran.

El balón botó en el área chica, y ante la simple mirada de Michel y su zaga, el colombiano Wilberto Cosme solamente tuvo que puntearlo para incrementar la ventaja de los visitantes.

Ya fuera por relajación o porque el jugar tanto tiempo con un futbolista menos pasó factura a los dirigidos por Ignacio Ambriz, el caso es que Chivas se adueñó de la pelota y metió atrás a los emplumados, generando varias llegadas que no pasaron a mayores.

La defensa de Querétaro estaba siendo claramente rebasada y la gota que derramó el vaso cayó a los 68 minutos, cuando tras un rechace visitante, Abraham Coronado tomó el balón ante una marca floja de Escalante, a quien recortó con facilidad para luego sacar un disparo angulado que dejó sin oportunidad a “Matute”.

Gallos Blancos se replegó y Chivas se fue al ataque, aunque no por ello lo hizo de manera muy peligrosa, salvo un par de servicios y balones peinados que resolvieron bien la defensa y el cancerbero albiazul.

El balón se movía cerca de la portería visitante, pero la intensidad de los ataques era cada vez menor y los dos minutos añadidos por Rojas fueron insuficientes para que los locales consiguieran el empate.

Gallos Blancos hizo su parte y quedó claro que el plantel que ha enfrentado el Clausura 2013 merecía un mejor final. Lamentablemente los números de tres años son claros y Querétaro virtualmente ha perdido la categoría. Lo que no perdió fue el orgullo.

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