El poder de la avaricia sacó del retiro de dos años a Floyd Mayweather Jr. para realizar una última batalla en la que enfrentó a un peleador sin experiencia en el boxeo, quien por momentos amenazó ensuciar el legado del estadounidense que se marcha de los encordados con la victoria, como el único resultado que conoció en su 50 apariciones profesionales.

Money noqueó a Conor McGregor en el décimo asalto. Mayweather no detenía una pelea antes de tiempo desde 2011 cuando aprovechó un descuido de Víctor Ortiz para mandarlo a la lona y retirarse con los brazos en alto.

Floyd creció en la pelea como lo hizo en su vida. En el inicio sufrió complicaciones, al igual que pobreza en su niñez, pero escaló contra la adversidad. Sus cualidades físicas e inteligencia lo impulsaron al triunfo como a obtener más de 100 millones de dólares por una pelea que formaba parte del imaginario de los videojuegos.

El noveno y décimo round del estadounidense fue papel calca de sus mejores combates. Con movimiento de serpiente logró adentrarse al terreno corto y desde ahí conectar derechas que sacudieron el rostro de McGregor. El irlandés, aturdido, se fue hacia las cuerdas. Sus brazos abajo, la mirada desconectada provocó que el réferi Robert Byrd se interpusiera entre los dos para detener el combate.

Noche dorada para Mayweather.

Desde que salió de su vestidor lo hizo para marcar diferencia. Optó por vestimenta negra que incluyó un pasamontaña. El dorado adornó su última salida al cuadrilátero, con la afición de la T-Mobile Arena que se arrojó por el magnetismo que provoca la presencia de uno de los mejores boxeadores de la historia. Floyd deja atrás el récord de 49-0 de Rocky Marciano y se va como el único ganador de todas sus presentaciones.

El pasamontañas revolucionó el espíritu combativo de Floyd. El propio McGregor declaró: “Lo hice pelear como mexicano, hoy [ayer] lo hice ir hacia delante”.

La estrella de las artes marciales mixtas que incursionó en el pugilismo por primera ocasión, demostró que nació para pelear en cualquier disciplina. Mostró corazón, valentía aunque careció de técnica y por momentos se notó desesperado por no poder recurrir al uso de patadas y codazos como está acostumbrado.

“Es un campeón, quiero reconocer a McGregor porque es un hombre que demostró que tiene la capacidad para boxear”.

El irlandés se va a casa con 30 millones de dólares garantizados y con la conciencia de que empeñó su mejor esfuerzo cuando todas las condiciones estaban en su contra.

Se va Mayweather, se queda su legado que en el futuro cercano no se vislumbra quién pueda superarlo.

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