Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro podrían ser atípicos en cuanto al atletismo se refiere. A 100 días del banderazo de salida dos de las principales potencias de la disciplina se encuentran envueltas en escándalos de dopaje que podrían dejar a sus atletas fuera de la competencia cuatrienal.

Encubrimiento y extorsión son las acusaciones que la Agencia Mundial Antidopaje hizo contra Rusia. El organismo internacional asegura que en el país europeo se llevó a cabo un programa de dopaje sistemático y patrocinado por el estado para los deportistas de pista y campo por lo cual pidió que sus seleccionados fueran suspendidos de toda competencia internacional hasta nuevo aviso.

“La fiscalía examinó cuidadosamente el informe y no halló un solo hecho que se pueda sustentar legalmente para abrir un caso”, defendió el primer ministro deportivo Vitaly Mutko.

Para colmo, la aparición del meldonium en la escena deportiva internacional ha provocado que se intensifiquen más los controles tanto de los rusos como de países limítrofes, tras descubrirse en abuso en el consumo de la sustancia que está prohibida desde enero pasado.

La tenista María Sharapova es una de las implicadas y espera audiencia para junio próximo.

La Federación Internacional de Atletismo aguarda que para junio ya tenga una decisión en torno a la suspensión de los atletas rusos.

Kenia recibió un ultimátum debido a las fallas en su código antidopaje. Sus atletas podrían no competir en Río por lo que las autoridades del país decidieron afrontar la situación con la promulgación de una nueva ley antidopaje que enviará a los tramposos a la cárcel.

Los africanos, potencia en las pruebas de fondo, confían en que la medida sea suficiente para no ser excluidos de la justa.

“Esta ley es la continuación de nuestros esfuerzos contra las trampas”, dijo el mandatario nacional Uhuru Kenyatt.

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