Gerardo Torrado se retira el domingo. El juego Indy Eleven-Carolina, de la North American Soccer League, será el final de la carrera del volante de 36 años, quien jugó tres Mundiales, militó en España y fue referente del Cruz Azul.

Torrado, 20 años después de su debut (6 de septiembre de 1997 en un Tigres vs Pumas), dirá adiós para convertirse en el próximo director deportivo de Selecciones Nacionales, y cuenta los días para que se dé ese último partido, “en el cual no sé si alinearé, pero la verdad es que lo estoy disfrutando mucho... Aunque sé que es el fin”.

—¿Cómo te sientes, a días de decirte futbolista retirado?

“Bien, ha sido una experiencia fabulosa. He aprendido muchísimo durante estos 20 años. Todo tiene un principio y un fin, lo sé”.

—¿Sientes que planeaste todo lo que pasó en tu carrera?

“Las cosas pasan porque de alguna forma las tienes en la cabeza. Hoy saco en conclusión que todo lo que conseguí, alguna vez me lo imaginé. Fui a ver un juego de la Selección en el Mundial del 94 y pensé: ‘Voy a jugar en el Tri’. Cinco años después debuté en la mayor. Para lo de Europa me pasó lo mismo. Siempre quise ser referente de un equipo y volví a México con Cruz Azul, y fui capitán ocho años”.

—¿Qué fue lo más difícil?

“Fue como una montaña rusa, con subidas y bajadas. Hay que ser positivo. No gané títulos de Liga con Cruz Azul, pero sí Copa y Concacaf. Le veo el otro lado a la moneda”.

—Al irte a Europa abriste el camino. ¿Desafiaste al sistema?

“Pelee mis derechos, me apegué a los estatutos de FIFA. Cuando no tienes contrato eres un jugador libre. Lo hice bien asesorado”.

—¿Vas a jugar el domingo?

“[Ríe] no sé, eso ya lo decidirá el técnico?

—¿Nervioso? En 5 días te vas

“Nervioso, no lo estoy, sé que existe una cuenta regresiva. Disfruto cada momento. Hay una rutina para llegar bien a ese día y quiero seguirla. Hubo muchas finales, muchos juegos de Selección, Mundiales, el del domingo será uno más... Bueno, no tanto”.

—¿Estás en paz con el balón; el balón está en paz contigo?

“Mi esencia fue siempre dar el máximo en el entrenamiento y cada partido. Si bien es cierto, no era el más dotado técnicamente, pues ahí sí le debo disculpas al balón, seguro que en demasiadas ocasiones no lo pegué bien. Pero siempre quise ganar y entregarme al máximo. Sí, puedo decir que estamos en paz”.

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