Las soeces críticas del presidente Donald Trump para que los dueños de equipos de la NFL despidan a los jugadores que se arrodillen durante el himno nacional sólo han servido para incitar más protestas de los jugadores en lugar de apaciguarlas.

Más de un centenar de jugadores se hincaron, sentaron o levantaron sus puños en gesto desafiante. Hace una semana, sólo cuatro se quedaron sentados y dos levantaron los puños.

Von Miller, el baluarte defensivo de los Broncos de Denver, figuró entre la mayoría de jugadores del equipo que se arrodilló en Buffalo, donde el running back de los Bills LeSean McCoy optó por hacer estiramientos durante el himno. En Chicago, todos los integrantes de los Steelers de Pittsburgh se quedaron en el túnel a excepción del liniero ofensivo Alejandro Villanueva, de origen español.

Tom Brady sobresalió dentro de los jugadores de los Patriots de Nueva Inglaterra que unieron brazos en muestra de solidaridad en Foxborough, Massachusetts.

Los comentarios de Trump hicieron que la ceremonia de los himnos —usualmente reservada para espacios de comerciales— fuera un momento imperdible en las transmisiones.

Jugadores, entrenadores, propietarios y ejecutivos por igual aprovecharon la interpretación del himno nacional para mostrar su solidaridad, en desafío a las críticas de Trump.

En Detroit, Rico Lavelle, encargado de la interpretación, puso una rodilla en tierra cuando pronunció la palabra “valientes”, última del himno. Agachó la cabeza y levantó un puño.

Christopher Johnson, presidente y director general de los Jets, consideró un “honor y un privilegio permanecer unidos, codo a codo, con nuestros jugadores hoy, durante el himno nacional” en East Rutherford, Nueva Jersey. El hermano de Lavelle, Woody, es embajador en Inglaterra y uno de los más fervientes simpatizantes de Trump.

La polémica arreció desde el primer partido de la temporada en Londres.

Alrededor de una veintena de jugadores de la NFL —entre ellos el defensa de los Ravens de Baltimore Terrell Suggs y el running back de los Jaguars de Jacksonville, Leonard Fournette— se hincaron el domingo durante la interpretación del himno de Estados Unidos antes de que comenzara un partido entre sus equipos en el estadio Wembley.

Desde la temporada pasada varios jugadores de la NFL han optado por hincarse, sentarse o levantar los puños durante el himno en protesta por el trato que la policía le da a la gente de raza negra, que consideran discriminatorio.

Otros que pusieron una rodilla en la cancha durante la ejecución del himno el domingo en la capital británica fueron los jugadores de los Ravens C.J. Mosley, Mike Wallace y Lardarius Webb, así como sus contrincantes de los Jaguars Dante Fowler, el defensa Calais Campbell, Yannick Ngakoue y Jalen Ramsey.

Algunos jugadores de ambos equipos y el propietario de los Jaguars, Shad Khan, no se hincaron, pero permanecieron de pie con los brazos unidos durante la interpretación del himno estadounidense y del himno nacional de Gran Bretaña, “Dios salve a la Reina”. Ningún jugador se arrodilló durante la interpretación del himno nacional británico.

En una declaración escrita, Khan señaló que fue un “privilegio” acompañar a sus jugadores durante el himno.

“Me reuní con los capitanes de nuestro equipo antes del partido para expresarles mi apoyo, a todos los jugadores de la NFL y a la liga tras los divisivos y polémicos dichos del presidente y me honró unir brazos con ellos”.

Google News

TEMAS RELACIONADOS