Veracruz .— Guillermo Vázquez jamás dudó. Mientras el árbitro Paul Delgadillo preguntaba, desesperado, quién tocó aquel balón rematado por Ismael Sosa, el director técnico de los Pumas estaba convencido de que el gol (81’) era válido. Inició un emotivo festejo.

Lo prolongó cuando el silbante comprobó que fue Leobardo López, defensa del Veracruz, cuyos terroríficos tres minutos permitieron a los universitarios rescatar un valioso empate (3-3) que los mantiene en la lucha por la Liguilla.

Del desastre del primer tiempo al heroísmo del complemento. Justo cuando los Tiburones parecían encaminados a la victoria, liderato y clasificación a la Liguilla, uno de sus zagueros centrales mutó en coleccionista de catástrofes.

Cometió aquel penalti convertido por Eduardo Herrera (78’), quien hizo su primer doblete del torneo. Llegó a cinco anotaciones, para alcanzar a Oribe Peralta (América), Omar Bravo (Guadalajara) y Orbelín Pineda (Querétaro) como los mejores realizadores nacidos en México. Aunque el más valioso fue firmado por Sosa, quien rompió una racha de tres encuentros sin rúbrica.

Dulce igualada para los Pumas, que mantienen buenas opciones de disputar la Liguilla. Han obtenido 16 de las más recientes 21 unidades que disputaron.

Panorama completamente opuesto al del Veracruz, que tiene cuatro duelos sin ganar (tres empates y una derrota). Sí, está salvado y momentáneamente es líder, pero su inercia no es la mejor. El Guadalajara y los Xoloitzcuintles de Tijuana cuentan con la oportunidad de arrebatarle la punta.

Posición todavía lejana para los Pumas. No les importa. Lo de ellos es meterse, como sea, a la ‘Fiesta Grande’. Por eso, su entrenador nunca detuvo su festejo.

Google News

TEMAS RELACIONADOS