En 2013, Uriel Adriano alcanzó la cúspide de su carrera como taekwondoín. Con apenas 23 años de edad, el tapatío se convirtió en campeón mundial y con ello, colocó su nombre entre los grandes del deporte nacional.

Pero el triunfo fue efímero. El competidor logró algunas conquistas más después de aquella presea en Puebla y después cayó en un bache que lo llevó a salir de la selección nacional.

Cuatro años más tarde, Uriel está de regreso. Tras ganar el Campeonato Nacional en la categoría de menos de 80 kilogramos, obtuvo la oportunidad de volver a entrenar con el representativo nacional en el CNAR.

“Me costó mucho recuperar la forma física y la confianza. Pasé casi un año sin pelear por cuestiones personales y de lesiones, fue difícil mantener mis sueños con poco apoyo económico”.

Físicamente, el ganador del Premio Nacional de Deportes 2013 se encuentra bien. Tras someterse a una operación en la rodilla derecha, sus patadas han recuperado la fuerza de antaño.

Por sus lesiones y el proceso de recuperación, Uriel sólo participó en dos competencias en 2015; una de ellas el Mundial de Chelyábinsk, Rusia, en el que fue eliminado en cuartos de final.

En 2016 sus participaciones también fueron discretas, pero con buenos dividendos. El taekwondoín asistió a los Abiertos de España y Querétaro, donde consiguió medalla de plata.

El tapatío, que este año cosechó la presea argenta en el Abierto de Canadá, se siente optimista respecto al futuro de su carrera.

Por lo pronto Uriel ya forma parte de la preselección que va por un sitio en los Juegos Centroamericanos y de Caribe en Barranquilla.

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