León.- Una fuerte tormenta cayó sobre la ciudad de León, lo que interrumpió por más de 30 minutos el juego entre la Fiera y el Necaxa, pero lo más importante es que la lluvia enfrió a los dos equipos que ofrecieron un pobre espectáculo para dejar como consecuencia un marcador de empate a cero.

Igualada que de poco le sirve a los leonese,s que después de la goleada que sufrieron en la primera jornada a manos de su hermano mayor el Pachuca, tenían la necesidad de ganar sí o sí, y qué mejor rival que el ‘benjamín’ del torneo, el Necaxa para hacerlo, para redimirse ante su afición.

Lamentablemente los Esmeraldas fallaron y ponen en duda su accionar como equipo.

Simplemente León no pudo hacer valer su condición de local, tampoco demostró la diferencia de planteles.

Parece que a Luis Fernando Tena, técnico de los guanajuatenses se le está acabando el discurso, pues en la cancha se ve un cuadro sin idea, y lo peor, sin garra y corazón, lo que había sido la característica del conjunto en los años anteriores y que muchas veces lo había sacado de muchos problemas a lo largo de los años.

Ahora no se ve así, pero está en buen momento para enmendar el camino, ya que apenas se han jugado dos jornadas.

Por parte de Necaxa, más vale primero caminar que correr.

Es verdad que como equipo recién ascendido, le urge sumar de a tres, pero por ahora dos puntos en dos partidos le hace tener un promedio de 1.0000, lo que le permite no alejarse tanto de los demás clubes que luchan y lucharán de aquí al término del Clausura 2017, para evitar perder la categoría.

Los Rayos, bajo el mando de Alfonso Sosa, son un equipo compacto que se ha posicionado fuertemente en el sector defensivo y a partir de ahí tratan de armar ataques con base en contragolpes, pero también es verdad que no hay jugadores que por ahora puedan marcar la diferencia, ser esos ‘cracks’ que puedan finiquitar el partido.

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