A Manuel Lapuente le cuesta trabajo entender por qué México decidió establecer su cuartel general en Santos y no en cualquier otra ciudad próxima a las tres sedes donde tendrá que jugar durante la Copa Mundial Brasil 2014.

“La logística para mí estuvo muy mal hecha, pésima”, reprocha el ex director técnico de la Selección Nacional en Francia 1998, sorprendido del vuelo que tendrán que emprender los nuestros durante la justa balompédica.

Lapuente hubiera preferido aguardar las sedes del Tricolor en el certamen antes de elegir el punto de concentración. “Tendrían que haber ido a Natal o Fortaleza, alguno de esos lugares cercanos a donde voy a jugar”, considera el viejo estratega, convencido de la fatiga adicional a la que someterán al grupo con el traslado.

México arribará el 7 de junio a Santos, Sao Paulo, donde trabajará hasta el día 11, para luego trasladarse a Natal, con una duración aproximada de tres horas de viaje en avión, debido a que existen 2 mil 348 kilómetros entre una y otra sede. El grupo aprovechará la cercanía con Fortaleza para arribar ahí después de su primer partido, contra Camerún, el día 13 de junio, y enfrentar a Brasil, el 17.

Sin embargo, enseguida tendrán que regresar a Santos, con un estimado de vuelo similar al relatado, para días más tarde retornar a la misma región y jugar en Recife contra Croacia, el 23 de junio. Sí, otras tres horas de puro vuelo, sin incluir los respectivos traslados terrestres incluidos en la logística.

En comparación con los otros tres rivales del Grupo A, la proximidad entre una sede y otra es la más benévola, pese a lo cual, el Tri eligió un punto de concentración muy lejano. Brasil, Croacia y Camerún tendrán que recorrer distancias mayores entra una plaza y otra, debido a su complicado calendario de juego en la justa mundialista.

Quizá por ello, el problema no será tanto el viaje, a decir de Lapuente, “aunque también influye, pero sí la temperatura”, observa. “Voy a estar en los mismos lugares y voy a acostumbrar al grupo, de eso se trata. Pero se precipitaron, vieron a Santos y ya estamos en Brasil, y no vieron el mapa de Brasil. Tan fácil como eso”, critica el entrenador.

“Estaba leyendo y me he estado dando cuenta que el clima, en las tres ciudades donde nos toca, va a estar muy duro, arriba de los 30 grados”, visualiza El Hombre de la Boina. “Estaba leyendo, que inclusive, ya los sindicatos dijeron a la FIFA que se cambien los horarios de partido entre esas ciudades, desde Salvador, vamos. Hay que tener mucho cuidado”, alerta.

Convencido, explica que él jugó en Brasil hace muchos años, precisamente, en 1978. “Yo estaba en Río, más abajo, muy cerca de Santos, donde van a estar concentrados, y hacía mucho frío”, rememora. “De ahí, irnos a concentrar ahí para que vayan allá. Sí hay aviones, pero no un mismo clima”.

Preocupado, Lapuente asegura que “Brasil es muy grande y no necesariamente existe el mismo clima. Cuidado. Por eso dije desde el principio, que si se fijaron en eso, ¿o no?, o nada más dijeron este es un bonito lugar, hay aviones para transportarse y se acabó”.

En un Mundial “hay que ver todo, porque no es lo mismo estar en un lugar donde a lo mejor estamos a 17 ó 20 grados y allá juegan a 30”.

Por eso cree que “nosotros estamos poniéndonos una piedrota en el camino y no hay por qué, ¿verdad? En fin, hay que analizar las cosas”, remata.

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