Rafael Nadal regresa al Abierto Mexicano de Tenis por primera vez desde 2005. El raqueta ibérico y número cinco del mundo trae consigo todo su arsenal de “mañas”.

¿Se imagina hasta cuántas veces puede llegar a jalarse el calzoncillo Rafael Nadal en un partido? Sorprende que sea hasta casi 200 veces en un encuentro de tres sets. Pero no es todo... Se limpia el sudor, se mesa el cabello, arregla sus mangas y, finalmente, lanza la pelota para sacar. Mientras espera el servicio, se frota la frente, limpia la línea de fondo con el pie derecho y, por enésima vez, se jala el calzoncillo a mano cruzada.

Estas manías del siete veces vencedor en Roland Garros han causado el enojo de varios adversarios, que se quejan por el tiempo que el zurdo español se toma para realizar su servicio.

Hay quienes califican esto como una estrategia para desconcentrar al adversario. No obstante, Nadal siempre ha argumentado que es una rutina normal para mantener su concentración.

Un análisis realizado por el portal de noticias brasileña globo.com reveló que el manacorí llega a jalar su ropa interior hasta en 172 ocasiones. Los sudamericanos se dieron a la tarea de contabilizar todas las manías que realizó durante su partido de semifinal en el Abierto Brasileño de Sao Paulo, disputado ante el argentino Martin Alund y a quien venció por 6-3, 6-7 (2) y 6-1.

En una hora y 56 minutos de partido, tiempo que duraron sus tres sets disputados, Nadal realizó cerca de 925 de sus rituales, que incluyen acomodar sus botellas de agua, cambiar su raqueta, limpiarse la suela de sus tenis y hasta la sustitución de playera al disputar una nueva manga.

Entre las tendencias más comunes de uno de los mejores arcillistas en la historia del tenis está el de jalarse la prenda interior del short. En cada punto, el tenista español se ajusta dicha parte de mil y un maneras. En algunos momentos es hasta en dos ocasiones antes de una jugada. Contra el argentino Alund, a quien le disputó 153 puntos, casi alcanza las 200 veces en repetir ese movimiento.

Su gesto más frecuente es el de acomodar su cabello detrás de las orejas antes de botar la pelota. Esta acción supera los puntos disputados y, como en aquella semifinal en tierra paulista, llegó hasta las 334 veces. Lo hace más con la mano derecha que la izquierda, ya que es zurdo y toma la raqueta con esta mano.

Sus botellas de agua no se escapan. Rafa siempre tiene dos cilindros para hidratarse, los cuales deben tener sus rótulos girados donde los vea de frente. Y cuando acaba de jugar un set, el cambio de playera obligada. Un momento en el que arranca gritos de sus aficionadas femeninas y, en muchas ocasiones, hasta con propuestas de matrimonio.

Todas estos rituales forman la personalidad de uno de los tenistas más queridos por la afición mexicana, a quien verán a partir del lunes en Acapulco.

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