Dar la vuelta olímpica en el estadio Internacional de Yokohama sólo fue la confirmación de que el futbol arte no entiende de ciclos, cambios o crisis institucionales. La era del Barcelona vivió un dorado capítulo en 2015, más allá de las modificaciones vividas por el club.

Cinco títulos respaldan a un equipo que sólo se quedó sin la Supercopa de España. Detalle prácticamente imperceptible para ese pueblo habituado a dominar el balompié mundial... Siempre y cuando tenga a Lionel Messi de su lado.

Genio de bolsillo con una chistera eterna. Neymar y Luis Suárez son hoy sus socios, sin olvidar al incansable Andrés Iniesta, el virtuoso croata Ivan Rakitic y al siempre polémico Gerard Piqué.

Con Luis Enrique Martínez en el banquillo, los catalanes se acercaron a aquella versión de 2009, entrenada por Josep Guardiola. Es el mítico Barça del ‘sextete’; éste es el de la quintilla de coronaciones, con la eficiencia como aliada.

No hay más ‘tiqui-taca’, no hace falta. Con la ‘MSN’ (Messi, Neymar y Suárez) a plenitud, los blaugrana son capaces de infundir temor a cualquiera y derrotar a todos sus demonios internos.

Porque 2015 inició convulso. El legendario ex arquero Andoni Zubizarreta fue despedido como director de futbol en la institución y el entonces presidente interino, Josep María Bartomeu, convocó a elecciones por la inestabilidad que generaron los escándalos extra cancha, como anomalías en la contratación del brasileño Neymar y la sanción impuesta por la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA) a causa de los mecanismos que tiene el club para captar jóvenes.

Los comicios se efectuaron el 18 de julio y Bartomeu fue ratificado en el cargo.

Para entonces, el Barcelona había recuperado el mágico nivel y ya gobernaba el planeta futbolístico. Pese a la eterna competencia del Real Madrid y los cuestionamientos hacia Luis Enrique, se proclamó monarca de la ‘Liga de las Estrellas’ el domingo 17 de mayo.

Superó al Atlético de Madrid (1-0), en el estadio Vicente Calderón, para garantizar el cetro. Lo hizo con una fecha de antelación. Terminó la campaña con 94 puntos, dos más que los Merengues.

El siguiente paso fue la Copa del Rey, certamen en el que los blancos cayeron con los Colchoneros en octavos de final. Sin su principal adversario, el camino a la corona resultó menos difícil.

La ganó al superar al Athletic de Bilbao en el Camp Nou (3-1). La ‘Pulga’ firmó un doblete y Neymar otro tanto, mas el primero del argentino se convirtió en un clásico instantáneo. Fantástica jugada que desarmó al equipo vasco.

El verdadero reto, como siempre, era adjudicarse la Champions League. Tras echar al Bayern Munich de Guardiola en semifinales, el Barça chocó con la Juventus de Turín, que eliminó al Madrid, en el estadio Olímpico de Berlín.

Messi no hizo gol. Fue lo de menos. Rakitic, Suárez y Neymar rubricaron el éxito sobre la ‘Vecchia Signora’ (3-1). Era oficial: el poderoso equipo catalán había resurgido.

Lo comprobó al derrotar al Sevilla (5-4), en un loco partido por la Supercopa Europea, el 11 de agosto. Poco después llegó su única amargura: el Athletic de Bilbao le superó en la Supercopa española (1-5 global).

Pero el ánimo de los genios de bolsillo blaugranas resistió y mantuvieron el nivel durante el segundo semestre del año. Comandan la Liga española junto al Atlético de Madrid, aunque tienen un encuentro menos, y anteayer se adjudicaron el Mundial de Clubes por tercera ocasión, al vencer al River Plate en la final (3-0).

Colofón a otro gran año.

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