Las Vegas.— El Mandalay Bay volvió a transpirar boxeo. Después de que en el último lustro el Grand Garden Arena del MGM se convirtió en el sitio predilecto para albergar las grandes batallas, por fin el coloso dorado reclamó su lugar que un día ocupó en el boxeo.

Ayer recibió la cartelera encabezada por Saúl ‘Canelo’ Álvarez y Miguel Cotto en lo que se convirtió en una lucha de aficionados entre mexicanos y boricuas. Desde temprana hora, miles de personas se enfrascaron en una guerra de porras en cada rincón del casino. Las banderas tricolores se agitaron con intensidad ante las de la Isla del Encanto.

El Mandalay Bay tardó en encender como un escenario boxístico. En los primeros días de la semana eran pocos los aficionados presentes y eran más los asistentes para el Grammy Latino, que se realizó a unas cuantas cuadras de distancia, en el MGM Grand el jueves pasado. Pero todo cambió desde la ceremonia de pesaje y, ni se diga, ayer en la pelea en la cual se respiró la añeja rivalidad que existe entre México y Puerto Rico en boxeo. A. Rodríguez

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