No siempre las tuvo todas con él, vivió y vive tiempos difíciles como timonel de Gallos Blancos, pero Nacho Ambriz afirma que su prioridad es Querétaro, aunque no se cierra a otras posibilidades profesionales.

El estratega de los emplumados aclara que la semana antepasada se reunió con Joaquín del Olmo, director deportivo del Real Oviedo de la Segunda División B de España, desde enero pasado, y con quien tiene una buena amistad “nos echamos un café de futbol, me preguntó de la situación que habíamos vivido por acá, y yo le preguntaba cómo estaba todo por allá en España”.

Sobre su futuro en el club queretano, cuyo contrato termina el 1 de junio, Ambriz señala que no hay nada claro.

Dice que hasta el momento no ha tenido ofertas de trabajo, pero en caso de haberlas “no me puedo cerrar las puertas, escucharía, lo que te puedo decir es que mi prioridad es Querétaro… porque los proyectos a dos años son buenos, por eso me gustaría quedarme, porque llevo año y medio de trabajo con algunos jugadores un año con otros, y el otro torneo no terminó de la mejor manera, pero si hay la posibilidad de que alguien me llamara, bueno, me sentaría a escucharlo”.

Sobre una posible renovación de contrato, indica que hasta el momento todo está detenido, “mientras no se resuelva la situación que genera mucha incertidumbre para todos, te puedo decir que salvo una plática después en los días siguientes de quedar fuera de la Liguilla, nos juntamos (con la directiva) un poco para hablar, pero era lo mismo, no sabemos si esta semana se arregle algo, lo único que te puedo decir es que me he reunido con mi cuerpo técnico y hemos visto plan a, b, c y hasta d por si hay posibilidad para quedarnos”.

Sobre el pago de sueldos que les debe la directiva, el timonel precisa que le han pagado un poco, “me adelantaron mes y medio… era de los más atrasados”, al tiempo que acota que no sabe si a los jugadores se les ha pagado algo, pues no ha tenido contacto con ellos, pues dedicó tiempo a su familia.

En relación al torneo que concluyó unas semanas atrás, asevera que su balance se puede dividir, pues hubo diferentes etapas, como el principio, donde todo marchaba bien, “luego ese lapso donde tuvimos esas seis derrotas consecutivas, donde se nos creó toda esa incertidumbre, y después el cierre, a través de orgullo de los jugadores”.

Ahora, cuando las aguas aún no bajan, el aún técnico emplumado espera para saber cuál será su destino.

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