Protagonizan la carrera más vertiginosa dentro de la Selección Nacional. Sólo hay lugar para uno... Y cada movimiento puede marcar la diferencia.

Eso explica la intensidad de José de Jesús Corona, Guillermo Ochoa y Alfredo Talavera en cada lance. El inclemente sol causa daños durante la primera sesión que tienen juntos. El sudor recorre sus caras. No les importa. Miguel Herrera ha dejado claro que aún no define a su portero titular para el Mundial.

Viven en suspenso. Por ahora, su única certeza es que cada uno tendrá 90 minutos para demostrar por qué debe resguardar el marco mexicano en Brasil.

“Se ha venido trabajando con ellos. Todos tienen sus tiempos parecidos, igualitos, no hay diferencia con alguno”, sentencia el director técnico del Tricolor. “Van a tener el mismo partido completo cada uno y, cuando venga el cuarto [de preparación, contra Portugal], además de la semana previa al juego inaugural de la Copa del Mundo para nosotros, ya empezaremos a decidir cuál de los tres, en nuestro gusto, por lo que pretendemos, haya destacado más para poder pensar en él como el titular”.

El guardameta del Cruz Azul se perfila para atajar contra Israel, en el encuentro de despedida ante la afición mexicana, el próximo miércoles. Reportó antes que los otros dos, será el primero en recibir minutos.

Hasta ahora, no ha jugado con Herrera como máximo responsable del banquillo nacional.

“Memo apenas llegó ayer [martes] y Talavera anteayer [lunes]”, recuerda El Piojo. “Al único que teníamos aquí era Chuy, así es que apenas hoy [ayer] realmente trabajamos en cancha con los tres porteros”.

Entre Guillermo y Alfredo se repartirían los duelos ante Ecuador y Bosnia-Herzegovina. Frente a los lusitanos, el 6 de junio, alinearía el elegido.

Hay poco tiempo, así es que los tres se estiran cuanto pueden para detener los balones enviados por José Torruco, el especialista en la posición que integra el actual cuerpo técnico nacional.

No hay tregua debajo de los tres postes, tampoco fuera de la cancha. La cortesía que demanda la situación, no más.

Lo demuestra Guillermo Ochoa, al asegurar que cruzó el océano Atlántico para cumplir su sueño de jugar en el máximo evento futbolístico del orbe. Ser suplente no basta.

“Me siento muy contento de estar en una tercera Copa del Mundo; no es fácil lograrlo”, subraya. “[Vengo] con la ilusión e idea de estar en la cancha en el primer partido del Mundial... [Estoy] trabajando con esa idea”.

El reglamento de la FIFA le permitía reportar hasta el sábado, tras gozar de vacaciones. Ochoa habló con Herrera y le solicitó integrarse cuanto antes. Sabe que cada segundo es clave.

“Ojalá que sí sea mi Mundial”, comparte. “Trabajo fuerte, con mucha concentración, idea, deseos de poder jugar. Al final, va a decidir Miguel, pero sí me visualizo jugando”.

Se resiste a vivir lo ocurrido hace cuatro años, cuando lucía titular... Hasta que Javier Aguirre optó por Óscar Pérez: “Eso ya quedó atrás. Me siento mejor como jugador, persona y listo para poder jugar”.

Herrera decidirá. Mientras tanto, los tres viven en suspenso.

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