Iraís Sosa no es derechohabiente del ISSSTE, pero con la intención de activarse físicamente en un horario que se adapte a sus necesidades, decidió inscribirse en clases de zumba en un centro recreativo de la dependencia gubernamental. Tras tres años de asistir al lugar, sin ningún contratiempo, ahora la nueva delegada de la institución, ha dado la instrucción de cerrar el espacio, en el 2013, a personas externas, que no cuentan con el registro de derechohabiente, aunque durante este tiempo sus cuotas mensuales de 250 pesos, no fallaron. En entrevista con el UNIVERSAL, la joven habló sobre como fue avisada de esta implementación, y sobre la falta de respuesta por parte de Victoria Reyes Reyes, delegada del ISSSTE. “Somos varias personas que vamos a los talleres, son tanto niñas, adultos y adultos mayores los que pueden hacer uso de este espacio, pero ya nos avisaron que para el 2013, todo aquel que no sea derechohabiente no podrá continuar con sus actividades”, expresó. “Llevo tres años de asistir a mis clases de zumba. Junto conmigo en el horario nocturno, van unas 25 personas, de las cuales sólo dos cuentan con su afiliación por lo que creemos que no es justo, hay personas que no son afiliadas y le sacan provecho al espacio”, agregó. La usuaria dijo que ya han tratado de acercarse para llegar a un acuerdo con Victoria Reyes, pero las negativas son constantes. “Nunca fue al lugar a decir las cosas, nosotros nos enteramos por los instructores de que ya no quieren recibir a quien no sea parte del ISSSTE, por eso hemos ido a sus oficinas para hablar con ella y poder llegar a un acuerdo pero siempre la niegan, las personas que trabajan con ella dicen que es un asunto que ya se decidió, pero la delegada nunca da la cara”, comentó. Este espacio de recreación de la institución de salud, se encuentra ubicado en el centro queretano, en la esquina que forman las calles Arteaga y Ocampo, donde se imparten más talleres como pintura, teatro, jazz para niñas y adultos, así como el zumba, beneficiando a más de 100 personas, ya que cada taller tiene un promedio de 25 personas por clase. Durante el tiempo que lleva asistiendo a su actividad, Iraís Sosa no se ha atrasado en los pagos. “Siempre, desde que iniciamos, cubrimos las mensualidades de 250 pesos, sin falta, aunque sabemos que los instructores no pertenecen a la institución, pero de ese dinero un porcentaje va para el espacio”. “Creemos que es una mala decisión, pues es como si quitarán un espacio deportivo a la gente, ahora que en todos lados se ve la intención del municipio por activar a las personas físicamente, y aunque sabemos que es una institución independiente, el espacio se está ocupando, no entendemos la medida”, concluyó.

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