WELLINGTON.— Tras volver a México de su exitosa aventura por Oceanía, Miguel Herrera abrirá el cajón de sus prendas favoritas para sacar ese atuendo azulcrema que sólo espera utilizar hasta mediados de diciembre.

No es que el entrenador desee abandonar al América, pero está convencido de que será ratificado como técnico del Tri, pero antes, quiere el bicampeonato con las Águilas.

“Claro que he pensado en eso, ir al Mundial y ser bicampeón, lo tengo en mi cabeza… Y no es simple sueño”, advierte El Piojo, en exclusiva con EL UNIVERSAL. “Estoy seguro, porque ya lo finiquitamos. México está en el Mundial, y por supuesto que vamos a salir a buscar el bicampeonato, porque el equipo está muy concentrado, metido en eso”.

Un mes después volverá al banquillo del club que le catapultó al Tri, ese que no refrenda la corona desde hace un cuarto de siglo, pero no le intimida el reto; la valentía es su modus vivendi. Pese a acumular más de 40 horas de vuelo en una semana.

“El compromiso está en tu capacidad, lo que sientes que puedes hacer”, sentencia. “Mi grupo de trabajo es muy bueno, los auxiliares, preparadores físicos, doctor, todos. Me apoyan y hemos cerrado un círculo extraordinario de lo que sabemos”.

“Mis palabras expresan lo que ellos con su trabajo me han dado: la tranquilidad de saber que vamos a lograr los objetivos”.

Santaclós ya le trajo el primero de los tres regalos que solicitó en una cartita enviada con antelación: el boleto para la XX Copa del Mundo. Le faltan mantenerse en el puesto y volver a dar la vuelta olímpica vestido de amarillo y azul.

“Estoy seguro de que va a ser uno de los mejores [finales de año]… Por lo menos de lo que va de mi vida”, presume. “Espero vivir muchos años más, y a lo mejor faltarán varios diciembres, pero éste —hasta mis 45 años— va a ser el mejor”.

La tarde del domingo 1 de diciembre, el actual monarca liguero cerrará los cuartos de final ante Tigres. Unas horas después, los dueños de los clubes se reunirán para decidir quién estará al frente del Tri en Brasil 2014.

“Obviamente, podría ser que me decepcione la situación, pero no hay un contrato, no me dijeron que viniera a arreglar lo que sigue”, aclara. “Me pidieron llegar como relevo a dos partidos, en calidad de préstamo, porque mi contrato está en América, sigo cobrando allá. La idea es hacer que ellos piensen en mí. La única forma que tenía para convencerlos era haciendo bien las cosas”.

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