Desde que el brazo derecho de Bred Saberhagen lanzó, en el otoño de 1985, una recta que se convirtió en elevado al jardín derecho por parte de Andy van Slyke para dar el primer título de Serie Mundial en la historia de los Reales de Kansas City, ningún otro serpentinero de la franquicia había tenido la oportunidad de tirar en Serie Mundial.

Ahora, 29 años después, James Shields, el as de la rotación de la monarquía y el hombre que más dinero obtiene en la plantilla, subirá al montículo del Kauffman Stadium para tratar de conseguir el primer triunfo del Clásico de Otoño y con ello continuar con el sueño que vive Kansas City desde que arrancó la postemporada.

Los Reales son el primer equipo en la historia que arranca en Playoffs con récord de 8-0. Además, ganaron los últimos tres juegos de la Serie Mundial de 1985, en la que se consagraron tras venir de atrás ante San Luis, por lo que acumulan 11 victorias consecutivas, y con una más igualarán el récord de todos los tiempos de Grandes Ligas.

La fortaleza de Kansas City se centra en su ímpetu, velocidad y defensiva. A lo largo de la temporada fue la organización con el mayor número de bases robadas al acumular 153, con 81% de éxito en sus intentos.

Herramienta que ha sido un arma para los lanzadores rivales. Con esa misma velocidad, los Reales defienden los jardines como ningún otro equipo. La amplitud del terreno de juego del Kauffman beneficia a Lorenzo Cain y compañía. Cain es además parte del cimiento de la alineación de su novena, al aportar desde la tercera posición del lineup.

El elemento restante con el que Kansas City pretende conquistar su segundo gallardete es el trío de relevistas que conforman Kelvin Herrera, Wade Davis y Gregg Holland, quienes acumulan una efectividad de 1.05 en 23 apariciones. Estos tres serpentineros sólo les piden cinco o seis buenas entradas a los abridores, y el resto lo hacen ellos.

Algo de lo que adolecen los Reales es de experiencia en la Serie Mundial. De hecho, el único que ha estado en un compromiso de esta índole es Shields, quien ayudó a los Rayas de Tampa Bay a vencer a los Filis de Filadelfia en la temporada 2008.

Esa juventud se ve reflejada en la nómina de Kansas City, que se encuentra situada en el peldaño 19 dentro de las más caras de las Grandes Ligas, al desembolsar poco más de 92 millones de dólares. James Shields es el pelotero que más gana, con 13 mdd.

Del otro lado se encuentran los Gigantes, un equipo que se ilumina cuando se trata de un año par. Campeón en 2010 y 2012, San Francisco puede calzarse la etiqueta de dinastía. El último equipo que ha alcanzado esa categoría son los Yanquis de Nueva York, que entre 1996 y 2001 ganaron cuatro campeonatos y disputaron cinco ediciones del Clásico de Otoño.

Con Pablo Sandoval y Buster Posey como abanderados, los Gigantes han ganado sus últimas ocho series de postemporada, además del juego de comodines este año ante Pittsburgh.

Posey es el hombre fuerte de la alineación del equipo de la bahía. En su papel de receptor es quien lleva la voz de mando y con el madero también responde, pues es el único pelotero de todos los que tendrán actividad durante la Serie Mundial con 20 cuadrangulares en 2014.

El abridor de los Gigantes es Madison Bumgarner, quien fue nombrado el Jugador Más Valioso de la Serie Final de la Liga Nacional.

La paridad será el ingrediente en esta Serie Mundial. Ninguno alcanzó las 90 victorias durante la temporada regular; los Reales, con 89 y los Gigantes con 88. Hay que remontarse a 1973, entre los Atléticos (94) y los Mets (82), para encontrar el acumulado más bajo.

Y aunque los números son profecías que miran hacia atrás, gran parte de las estadísticas quedan de lado cuando se canta Playball.

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