Toluca.— La lluvia arrecia en el Parque Providencia ubicado en Metepec, Toluca. Pesadas gotas caen sobre el rostro de Guadalupe González, quien no detiene ni por un minuto su andar. La marchista sabe que en Río de Janeiro, lugar donde vivirá sus primeros Juegos Olímpicos, podría enfrentarse a peores condiciones climáticas y quiere estar lista para el gran reto.

“Estoy emocionada y comprometida para ese momento en el que puedo darle una gran alegría a mi país. Hace algunos años quería llegar a los Juegos como boxeadora pero hoy estoy convencida de que mi verdadera vocación está en la caminata, yo creo mucho en Dios y estoy segura de que él me puso aquí y me guiará si mi destino es ganar una medalla”, revela la especialista en 20 kilómetros, quien buscará romper con la sequía de preseas de su disciplina que ya suma 16 años.

Por los resultados obtenidos el último año que incluyen un dramático oro en los Juegos Panamericanos de Toronto en 2015 y una plata en el Mundial realizado en Roma en mayo pasado, la mexiquense es una de las pocas cartas fuertes que tiene nuestro país para la justa veraniega que comienza en agosto.

“Siempre viene a mi mente el momento en el que inicie la prueba, lo sueño hasta con los ojos abiertos. Me imagino cosas buenas y también cosas feas como que todas me rebasan y yo no puedo seguir. Tengo miedo de fallar y para evitar eso lo que busco es llegar lo mejor preparada posible, tomar todos los entrenamientos con dedicación”.

A Lupita no le atraen los reflectores. Evita las entrevistas pues quiere dejar de lado todo aquello que pueda distraerla de su objetivo principal: una actuación histórica.

“Tendremos una buena carga de trabajo las últimas semanas. La velocidad y técnica son los aspectos fundamentales para mi entrenador. En Roma me ubiqué segunda apenas detrás de la mejor del mundo, la china Hong Liu y eso me da confianza. No puedo garantizar subir al podio porque eso depende de muchos factores pero si les aseguro que voy a luchar con todo mi corazón por conseguirlo”.

A diferencia de otros deportistas quienes aprovechan el periodo olímpico para atraer patrocinadores, Lupita sólo cuenta con el apoyo de la Secretaría de Marina; institución que la respalda con gastos de seguro médico para ella y su familia.

“Yo ingresé como militar y me brindan mucho apoyo en cuando al seguro lo cual es muy importante para mí. Mi familia es lo mejor en mi vida y lo menos que puedo hacer es ayudarlos de alguna forma”.

Como su aliado, Guadalupe, admiradora de Daniel Bautista, tiene a uno de los más experimentados entrenadores del país: Juan Hernández.

El instructor, ganador del Premio Nacional del Deporte formó a marchistas de renombre como el mediofondista Arturo Barrios y los medallistas olímpicos Carlos Mercenario y Bernardo Segura.

“Ella me ha dicho que quiere la medalla, es una muchacha que siempre persigue sus metas, que tiene mucha disciplina y, principalmente, con mucho talento en las piernas”, revela Hernández.

Cuando el entrenador decidió preparar a Guadalupe a petición de un amigo, su plan era que alcanzara su madurez deportiva en los Juegos de Tokio 2020.

Hoy, tanto Juan como Guadalupe se atreven a soñar en grande. No importa cuántos entrenamientos bajo la lluvia tengan que pasar; la meta está a poco más de un mes y ellos están listos para la gran cita.

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