Con seis mil 308 pesos no se llega a Wroclaw, Polonia. La cantidad equivale a 305 euros, suficientes para comprar en Amazon dos lectores de libro electrónico con funda. Pero esa cantidad es la única que lograron recaudar, a través del proyecto Fondeadora, los atletas (y hermanos) Melissa y David Martínez en un intento por financiar su viaje a ese país, donde se celebrarán los World Games, una competencia internacional que es la segunda más relevante después de los Juegos Olímpicos.

Los World Games iniciarán hoy, y Melissa y David representarán a México en kickboxing. Pero la Federación Nacional de este deporte —por haber ingresado a la Comisión Nacional del Deporte y Cultura Física (Conade) en junio pasado— carece de recursos para financiar el viaje en su totalidad. Fernando Granados, su presidente, explica a EL UNIVERSAL que la Conade sólo podría pagar el viaje de los atletas mediante un trámite que dura dos meses.

“En este escenario nuestro compromiso como Federación es cubrir en su totalidad gastos de avión, hospedaje, registros y alimentación del equipo mexicano. Apenas el 4 de julio compramos los boletos de avión de David y Melissa. Usamos nuestras tarjetas de crédito y un donativo que hizo Fire Sports [patrocinador]. También se compró el boleto del entrenador, porque sería arriesgado mandarlos sin él”, aseguró.

La estancia de los atletas se cubrió apenas el 12 de julio.

La historia no es nueva. Hace dos años sucedió algo similar con cinco boxeadores que botearon por calles y avenidas para allegarse de recursos que les permitieran sufragar un viaje a un Mundial.

El caso de Melissa y David es similar porque, aunque tienen asegurado un lugar en la competencia internacional en Polonia, no podían pagar el viaje. En noviembre pasado, la Federación les informó que viajarían con los gastos pagados, pero en enero les notificaron un cambio de decisión y deberían sufragar sus propios gastos.

El 2 de julio, dos días antes de que la Federación adquiriera los boletos de avión, EL UNIVERSAL entrevistó a los atletas y sus entrenadores para conocer los detalles de su historia. “Es triste y decepcionante estar a un paso de Polonia y no tener esa tranquilidad de sólo enfocarnos en la estrategia deportiva, porque hay que dedicar tiempo para ver cómo conseguir el dinero”, lamentó aquel día Ricardo Martínez, padre y entrenador de estos jóvenes mexiquenses.

“Hemos tocado puertas seis meses. Hasta ahora sólo tenemos promesas de algunas autoridades deportivas que dicen ‘sí, a lo mejor...’. Por eso pedimos apoyo a familiares y amigos para que nos divulguen en sus redes sociales y nos donen lo que sea posible. Revisamos incluso la posibilidad de que viajen solos, sin entrenadores”.

Raquel Aceves (su segunda entrenadora) sabe bien de las habilidades y puntos fuertes de sus alumnos porque les enseñó karate desde que tenían dos años. Pero también los conoce profundamente porque es la mujer que los parió. “Su papá y yo les pedimos que siguieran entrenando mientras nosotros nos ocupamos de conseguir el dinero”, señaló.

Martínez Fighters. En Facebook este es el alias de Meli (como la llaman de cariño sus padres) y David. En esta cuenta han dejado un recuento de sus logros en competencias nacionales y algunas internacionales, como el noveno Campeonato Panamericano de Kickboxing que ganaron y les dio acceso a los World Games.

Meli es estudiante de tercer semestre de la carrera de Química en Alimentos. Y ese joven con abdomen de lavadero que patea ágilmente hasta tumbar a su contrario, es un futuro médico.

Su entrenamiento inicia diario a temprana hora, cuando salen de su casa en Viveros Xalostoc, una colonia popular en el municipio de Ecatepec (Estado de México) que ha sido parte de la nota roja por sus índices de inseguridad.

Pero ellos se mantienen al margen de esos hechos, porque su cabeza sólo piensa en dos cosas: entrenar ocho horas y dedicar otras ocho a la universidad.

“Entrenar a tus hijos es fácil y difícil a la vez; puedes hacer un seguimiento diario, sin interrupciones, para hacerlos buenos atletas. Les exiges más que a cualquier otro y aprendes a diferenciar entre el entrenamiento y la vida personal. Si durante el entrenamiento hay regaños, esos se quedan fuera de la casa y viceversa. Ellos lo entienden”, relata su padre.

En un primer intento por financiar el viaje de sus hijos, la familia Martínez realizó boteos en algunos torneos y rifas de artículos deportivos que les fueron donados. En total, recaudaron un promedio de 15 mil pesos más los seis mil 308 pesos obtenidos el proyecto en Fondeadora que fue difundido por la Federación de Kickboxing.

Aunque su modelo de familia no es común, los “Martínez Fighters” cuentan que en el mundo deportivo sí lo es, porque es habitual que los entrenadores de ciertas disciplinas entrenen a sus hijos. Por eso David confía en que él y su hermana harán un buen papel en Polonia. “Existen personas, atletas, que sí damos resultados y que no contamos con apoyo de las autoridades. Los políticos sólo tienen dinero para el futbol porque es lo que más se ve, pero ¡por favor, fíjense en nosotros que sacaremos la casta por nuestro país!

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