PACHUCA.— Que el imperio esmeralda sea perpetuo y extienda su poder hasta que quede en la memoria eterna del futbol mexicano. Es el deseo que tiene Mauro Boselli, uno de los grandes héroes del León para con seguir el bicampeonato de la Liga MX.

“Queremos que este equipo marque una época, es lo que buscamos, definitivamente”, afirma el delantero argentino.

Desde su llegada a México, Boselli se ha convertido en un amuleto para La Fiera. Dos torneos jugados, mismos en los que ha dado la vuelta olímpica con la copa en la mano.

Acariciar la gloria en el balompié tricolor, le hace pensar que está en uno de los momentos que más ha disfrutado en su vida.

“Es uno de los mejores momentos y he tenido otros muy buenos en la Argentina, pero éste es muy bueno, llegar a mi primer año en México, meter una buena cantidad de goles y ser bicampeón, no es poca cosa. El esfuerzo vale la pena”, confiesa el artillero.

Cuando el partido de la final de vuelta ante Pachuca estaba en el alambre, apareció Mauro con la onza, listo para cambiarla.

Con un cabezazo contundente y con dosis de suerte, logró derrotar al meta tuzo, Óscar Pérez, para empatar el marcador global 1-1 en la serie. El grito del sudamericano fue estruendoso y rompió con el silencio del estadio Hidalgo.

Boselli goza ese momento, porque abrió el partido para que La Fiera aprovechara el momento y lograra su segundo título en fila.

“En el momento en el que hice el primero, quería hacer el segundo para ganar y bueno, me abracé con el profe [Gustavo Matosas] y se lo dije”, reveló.

“A mí no me importaba si metía goles o no, lo que quería era salir campeón, pero eso no quita que sea una alegría doble, porque me tocó anotar en un momento importante”, presume.

Luego de su tanto, tuvo que salir de cambio por molestias físicas, pero Juan Ignacio González completó la obra de la gesta esmeralda con el gol definitivo que consagró al cuadro leonés..

Por eso, Mauro, con el trofeo de campeón entre sus manos y aferrado a nunca soltarlo, describe los sentimientos que le ha dejado ser monarca por segunda vez consecutiva en México

“Es lo máximo. Son todas las sensaciones de alegría. Conseguir un bicampeonato en el tiempo que llevo en México no es poca cosa, porque nos costó mucho, fue un semestre muy cargado y con la familia que siempre apoyó”, agradece.

Los cuestionamientos pueden ser muchos hacia el León. Que si clasificó en el octavo lugar a la Liguilla, que si fracasó en la Copa Libertadores, que si puede ser un premio de consolación ante el fracaso internacional...

Pero Boselli sale en defensa de lo conquistado. Asegura que en el torneo regular no fueron del todo regulares, porque en la última jornada “fuimos a Tijuana, ganamos y esperamos resultados [para clasificar a la fase final]”.

Justo en la Liguilla, Léón —explica el argentino— fue un “merecido campeón” por el calibre de los rivales a los que eliminó.

“Yo creo que nunca hay que dejar una competencia de lado, tuvimos un poco de fortuna, porque esperamos hasta la última fecha para estar en la Liguilla, pero ya ahí fue otra cosa: le ganamos al primero [Cruz Azul] y al segundo [Toluca]. Somos merecidos campeones”.

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