Monterrey.— Una pequeña sonrisa, apenas perceptible. No más. Ricardo Ferretti sabía que lo hecho por Alonso Zamora no era digno de festejo... Sólo sirvió para evitar un papelón.

El ‘Manitas’, ese canterano atlista confinado al ostracismo por el ‘Tuca’, le salvó de sufrir una inesperada y humillante caída ante el Isidro Metapán de El Salvador, en el debut de los Tigres dentro de la Liga de Campeones de la Concacaf.

Sufrida victoria (2-1) del subcampeón de América, cuyo mimetismo asombró al ogro bigotón. Los felinos fueron capaces de alcanzar la final en la Copa Libertadores, pero también de pasarla mal ante un aparentemente inferior.

Sí, el estratega brasileño utilizó un cuadro alternativo; muy competitivo para los estándares de la región.

Egidio Arévalo, Jesús Dueñas, Gerardo Lugo, Damián Álvarez y Joffre Guerrón integraron a un equipo sorprendido por el tempranero gol de David Rugamas (5’).

Aunque el verdadero miedo fue experimentado tras el penalti errado (60’) por esa gacela ecuatoriana que hace días cuestionó —vía redes sociales— las decisiones de Ferretti, a quien el tiempo otorgó la razón.

Todo parecía terminado... Hasta que Zamora se hizo héroe en 120 segundos. Sus goles (84’ y 86’) dieron tres unidades a los Tigres y un motivo para sonreír al ‘Tuca’ gruñón.

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