Amenazar con no concentrarse, alterar el escudo del club o revelar públicamente que se les adeudaban meses de salario resultaba poco para los jugadores del Racing de Santander en España. Ellos querían cambios en la directiva del club o no jugaban... Y lo lograron.

Jueves 30 de enero de 2014. El club cántabro recibía a la Real Sociedad, por la vuelta de los cuartos de final en la Copa del Rey. La cúpula de la institución les debía cuatro meses de sueldo, por lo que exigían su renuncia.

No sucedió, así es que se negaron a jugar el complemento de una eliminatoria que perdían 1-3, hecho que —según la prensa— puede marcar un parteaguas en la historia del futbol español.

“Al día siguiente se produjo una junta de accionistas. Hubo un cambio de directiva”, relata Natalia Vicuña, periodista del diario El Mundo de Cantabria. “Eso fue lo que ha ayudado para que el club volviera, de cierta manera, a la normalidad”.

“[El caso] salió en prensa, radio y televisión. Hubo un cambio en el Consejo de Administración. Los jugadores querían que dimitiera, no lo hizo, pero sí hubo cambio”.

Aunque se trató de un golpe medido.

Vicuña aclara que la junta de accionistas ya estaba programada con anterioridad, por lo que los futbolistas se valieron de la coyuntura para que su inusual protesta surtiera efecto.

El resultado fue inmediato, mas todavía no se ha reparado el daño por completo: “Todavía les deben, pero ya les pagaron dos nóminas. Hay algunos a los que deben otras dos”.

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