PACHUCA.— Enner Valencia se ha convertido en una celebridad. La gente lo reconoce, le grita vítores y le arrojan playeras, gorros, peluches y hasta ropa femenina. Después de todo, es el goleador y uno de los principales “culpables” para que el Pachuca se encuentre a un paso del título del Clausura 2014.

Los 18 goles que lleva en el torneo para nada le quitaron la humildad. Responde a las peticiones de sus fans. Se detiene a dar autógrafos, posa para las fotografías hasta que complace a todos, porque quiere compartir lo que presume como el momento cumbre de su trayectoria profesional.

“Es el mejor momento [de mi carrera]. Hay que aprovecharlo”, confiesa.

Y para sentirse pleno, Valencia, máximo romperredes del balompié nacional, tiene pendiente una ilusión con la que se fue a dormir previo al partido de vuelta de la final.

“Voy a soñar con el título. Ha sido un torneo bueno en lo personal y para el grupo; hay que cerrarlo con un campeonato este domingo”.

Nacido en Esmeralda, Ecuador, Enner creció en el campo en donde ayudaba a su padre. Vivió con carencias y las esperanzas puestas en algún día convertirse en futbolista profesional. Lo logró al debutar con el Emelec de su país, hasta despertar el interés del Pachuca.

Pronto, se convirtió en el refrente ofensivo de los Tuzos. Hizo olvidar las contrataciones de Nery Castillo, Fernando Cavenaghi, Guillermo Franco y Raúl Tamudo.

Quiere la doble corona. “Seguro, va a ser un sueño lograrlo”, dice entusiasmado.

—¿Cuál ha sido la clave del éxito para que Enner y Pachuca hayan alcanzado los éxitos?

“La confianza en nuestro talento, en lo que podemos aportar para el equipo y en todo lo que ha creído el entrenador en nosotros”.

Pachuca llegará al duelo decisivo por el trofeo de campeón con una ventaja de 3-2 sobre su hermano. Mas Valencia desconfía de La Fiera, porque dice que “el León no es como lo pintan”.

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