La edición de 1989 es recordada por ser el único triunfo que Ayrton Senna consiguió en el Gran Premio de México, pero también por la muestra de voluntad que tuvo el austriaco Gerhard Berger, quien un mes antes, en la famosa curva de Tamburello del Gran Premio de San Marino, sufrió un accidente que a punto estuvo de quitarle la vida, como le sucedió a Senna en 1994.

Berger arribó a la ciudad de México aún con estragos del choque, pero gracias a la innovación que presentó Ferrari con la transmisión semiautomática, pudo subir al monoplaza y lograr el sexto mejor tiempo de la clasificación, por delante de los italianos Stefano Modena y Alex Caffi.

Finalmente el piloto austriaco no pudo culminar la carrera de aquel 28 de mayo de 1989 cuando en la vuelta 16 abandonó por una falla en el sistema de cambios de su bólido. Gerhard escapó de la muerte para correr.

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