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TORREÓN.— La luminosidad de esa áurea medalla opacaría todo… De no ser por la consistencia del equipo dirigido por José Manuel de la Torre.

Aquella proeza del Tricolor Sub-23 en los Juegos Olímpicos de Londres es el máximo logro en la historia del balompié mexicano, pero el triunfo de anoche permitió al combinado absoluto marcar un hito en la época contemporánea de la Selección.

La victoria sobre El Salvador fue la número 10 de El Chepo y sus futbolistas en 2012, año en el que sólo perdieron frente a Colombia (0-2) y Estados Unidos (0-1); ambos duelos amistosos.

El representativo mayor tuvo 83.33% de efectividad, superó 81.48% logrado en 2004, cuando Ricardo La Volpe era el director técnico nacional. Se trata del mejor balance anual desde 1989, cuando los verdes ganaron todos sus cotejos, aunque sólo fueron cuatro: ante Polonia (3-1), Guatemala (2-1), El Salvador (2-0) y Corea del Sur (4-2).

Nuevo logro en la era De la Torre, caracterizada por la efectividad en los encuentros de carácter oficial. Va 12 de 12. Con él en el banquillo, el Tricolor ganó la Copa de Oro con paso inmaculado, por primera vez en la historia, y avanzó al hexagonal final de la Concacaf sin dejar un punto en el camino. Es el mejor arranque para cualquier timonel del equipo que congrega todas las emociones, sin importar apegos particulares.

Aquella Selección del Bigotón tuvo más actividad que la de El Chepo. Implantó ese enorme porcentaje de efectividad en 18 cotejos (12 oficiales y seis amistosos). Sólo Estados Unidos (1-0) y Brasil (4-0) la derrotaron. El revés ante el Scratch du Oro se presentó en los cuartos de final de la Copa América de Perú.

Cosecha que ya es historia, gracias a ese combinado que no termina de enamorar en las canchas mexicanas, pero ofrece lo eternamente anhelado por la afición: resultados positivos.

Eso explica que brille con luz propia, sin importar la luminosidad de aquella presea de oro ganada sobre el césped de Wembley.

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