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Río de Janeiro .— Alberto Álvarez es el noveno lugar de unos Juegos Olímpicos, con tan sólo apoyos de ocho mil pesos al mes. Pero para él, no hay llamadas presidenciales, ni abrazos del director de Conade, Alfredo Castillo. El atleta mexicano que compitió en la final de salto triple camina por la zona mixta solo, nadie los acompaña, pese a que fue el primer tricolor en acceder a la lucha por las medallas en su disciplina.
Se siente satisfecho, aunque comparte que pudo haberlo hecho mejor. “Los pequeños errores son los que terminan por marcar la diferencia”, admite en entrevista con EL UNIVERSAL. Luego enumera la serie de “piedras en el camino” que tiene que sortear, porque no cuenta con el apoyo ni equipo de trabajo que tienen los contendientes de Estados Unidos.
“Tengo una beca deportiva de ocho mil pesos. Apenas voy a ver lo de los apoyos. Mi estado me ha financiado con los viajes y la preparación. Espero que vengan mejores cosas. Supongo que ahora voy a empezar con lo de los respaldos, las ayudas por parte del gobierno federal”, anhela.
“Los que ganan estas pruebas, tienen un proceso mucho más largo que el que yo he tenido. Aparte ahorita mi equipo de trabajo sólo somos mi entrenador y yo”, apunta Álvarez.
La aspiración del tricolor no es quedarse en la marca de 16.56 metros que alcanzó en el estadio Olímpico de Río de Janeiro. Ya no quiere que se le vea como una sorpresa, sino como un aspirante serio a subirse al podio en los próximos Juegos Olímpicos.
“Lo que busco es trabajar muy duro con mi entrenador, con el que apenas llevo cinco meses, durante todo el ciclo. Comenzar con Centroamericanos, Panamericanos, para que en Tokio 2020 ya se me vea distinto”, anhela.
La historia de Álvarez con las disciplinas deportivas ha sido conplicada. Primero, se topó con un entrenador de futbol que le dijo que se dedicara a vender fayuca, porque “en ningún deporte iba a poder destacar”. Mas eso lo motivó y reclama apoyo.
“Me siento capaz de alcanzar cosas muy grandes. Es cuestión de preparación, que vengan los apoyos, porque he estado sólo con una persona trabajando en mi disciplina y así es dífícil”, evalúa.
