MONTERREY.— Luis Fernando Tena fue el único que aplaudió el cabezazo de Joao Rojas (48’). A sus futbolistas les urgía reanudar y tratar de ponerse en ventaja. El problema es que ya habían fallado demasiado.

Por eso, El Flaco aplaudió cuando el habilidoso atacante ecuatoriano por fin venció al guardameta Jonathan Orozco. El medallista áureo en los Juegos Olímpicos Londres 2012 sabe que su Cruz Azul está enfermo... Y cada vez luce peor.

El triunfo de la semana pasada, sobre el Puebla (1-0), fue un simple espejismo. La Máquina sigue atascada, producto de su incapacidad para hacer goles.

Da lo mismo si es Mariano Pavone, Mauro Formica, Marco Fabián o hasta Francisco Javier Rodríguez. Esta versión cementera es masoquista y altamente frágil.

La ventaja regiomontana al mediotiempo fue la mejor prueba. Los visitantes gobernaron la primera mitad. Dominio estéril.

El Monterrey sí lo plasmó gracias a ese todo terreno de ébano que desquició al Maza y Julio César Domínguez. Carlos Barra diseñó su partido sin una referencia fija en el ataque. No lo necesitó. El colombiano se las ingenió para desatar la locura en el estadio Tecnológico.

Primera vez que marca un hat-trick en su aún corto andar por el futbol mexicano. Ya lleva seis goles en el Apertura 2014, el doble que el Cruz Azul.

Club experto en sabotearse a sí mismo. Es cierto que deambuló sobre el maltratado césped durante los minutos finales, pero debió irse al frente en el marcador cuando los norteños lucían desgastados por correr detrás del esférico.

Ninguna opción como aquella en la que El Tanque sólo atinó a morderse los labios. Está a punto de cumplirse el primer tercio del certamen y el ariete azul todavía no cuelga su nombre en la marquesina.

Orozco le dejó el balón a merced. El argentino no fue capaz de enviarlo con rumbo a la portería.

El Maza sí lo hizo minutos antes. Tena y sus auxiliares ya preparaban la garganta... Hasta que Fabián metió el puño izquierdo para enviarlo hacia la red. Gol anulado y amonestación al tapatío. Primer mazazo al ánimo celeste.

Se desgastó en el complemento, justo cuando los Rayados decidieron presumir la inclemencia que tanto falta a su contrincante.

Los Cementeros sumaban más de cuatro años sin caer en el Tec (tres victorias y un empate). Su más reciente derrota había sido el 30 de enero de 2010 (0-1). De hecho, tenían ocho juegos invictos ante los Rayados (seis triunfos y dos empates). Por eso, Tena sufre.

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