Maná con el que José Manuel de la Torre espera combatir la anemia ofensiva que ha aquejado a la Selección Nacional durante lo que va del año.

Rafael Márquez Lugo sabe que regresa al combinado tricolor como solución... Y está convencido de que puede serlo. Su examen será hoy, contra Perú.

“Espero que así sea [aportar anotaciones]”, comparte el ariete del Guadalajara. “Me parece que, por eso, Chepo quiere ver diferentes opciones”.

“Qué padre que tenga una baraja de delanteros para poder escoger; incluso, el mismo [Miguel] Sabah, quien ahorita no está aquí, o delanteros que no han tenido llamados, pero gran nivel”.

Los números respaldan que haya sido considerado.

Sus siete goles lo convierten en el segundo máximo anotador mexicano del Clausura 2013, sólo detrás de Oribe Peralta (ocho), delantero probado, a quien el entrenador nacional otorgó descanso. Está empatado con el americanista Raúl Jiménez, también parte de la actual convocatoria.

Cumplir la misión de cargar con el ataque de las Chivas es su carta de presentación, la que le permite sentenciar que esta oportunidad llega en el clímax de su carrera.

“Sin duda. Me siento muy bien ahorita con el Guadalajara y a hacer lo mismo [en el Tricolor]”, adelanta, ilusionado.

No se pone la camiseta nacional desde el 25 de enero de 2012. Aquella noche jugó los últimos 22 minutos en la victoria sobre Venezuela (3-1), tiempo que le bastó para marcar su, hasta ahora, único gol como seleccionado.

El estado de gracia que vive hacía pensar en su inclusión desde los juegos eliminatorios frente a Honduras y Estados Unidos, sobre todo después de la baja del Cepillo por lesión, mas De la Torre optó por llamar al contención Carlos Peña.

Márquez Lugo evita la polémica sobre si su llamdo es tardío. Prefiere enfocarse en sacarle jugo.

“No lo sé, pero ahora lo aprovecho, disfruto muchísimo. Todo llega en su momento”, contesta. “Si fue ahorita, qué bueno; voy a disfrutarlo y tratar de demostrar. Simplemente, hacer lo mismo que en Chivas”.

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