Las Vegas.— En el centro del ring, donde se empiezan las peleas, Saúl Álvarez (50-1-2, 34 KO’s) terminó con el invicto de Gennady Golovkin (38-1-1 34 KO’s) al derrotarlo por decisión mayoritaria en una pelea que tuvo su toque de controversia, pero que en unos años recordaremos como un clásico.

Los títulos medianos y el mundo del boxeo se colocan bajo los puños del mexicano, quien consiguió la victoria más grande en su carrera. Un resultado con el que se desprende del peso de la incredulidad que cargaba, aunque hubo quien abrió la polémica por las tarjetas.

“Estoy muy emocionado por lo que sucedió y quiero darle las gracias a la gente que siempre creyó en mí y que ¡Viva México!”.

El Canelo es real, el Canelo tiene un pedazo de la rica historia del boxeo mexicano. Atrás dejó la página en la que siempre que ganaba parecía que perdía por las críticas sobre su calidad o la de sus rivales.

A la hora de los golpes, la edad terminó con el kazajo. La condición física lo abandonó y el mexicano lo aprovechó. El Canelo se apoderó de la parte media del enlonado e hizo retroceder a su rival con el jab de izquierda. GGG temía recibir un bombazo.

A partir del quinto round, Álvarez creció. Gastó el cuerpo del campeón con golpeo al cuerpo y uppercuts que enviaron la cabeza del kazajo a clavar la mirada en las ardientes lámparas de la arena. Un año después de empatar, ambos lucharon por adueñarse del terreno. La cadencia de cintura y el contragolpe estuvieron del lado del tapatío. Apoyado en su vaivén de cadera consiguió el ritmo para hacer fallar al hombre que era dueño del drama.

“Salí a noquearlo, pero no se pudo. Golovkin es un gran campeón y estoy contento por llevar los cinturones para México”.

Sin ser una carnicería sobre el encordado, la sangre brotó del rostro de los dos pugilistas, que dejaron de lado la cortesía de hace un año. En la primera campanada no chocaron puños. En lugar de eso, los estrellaron en su rostro.

A partir de anoche, cuando hablemos de Saúl Canelo Álvarez hay que volver a referirnos a él como el campeón.

Lo que en septiembre de 2017 culminó con un empate, el resultado más anticlimático del boxeo, ayer se esfumó con la actuación de Álvarez. GGG puede ir a descansar, su era ha terminado.

cetn

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