KAZÁN, Rusia.— Contuvieron las lágrimas hasta que el brillo de la plata les permitió comprender el hito que marcaron.

Chicas que prometen volver del otro lado del planeta con la cabeza en alto, orgullosas de la histórica página que escribieron en la Universiada Mundial, más allá de que fueron superadas por Gran Bretaña (2-6) en el juego por la medalla áurea.

Primera ocasión que un Tricolor femenil alcanza estas alturas, logro suficiente para olvidar la pesadilla de los últimos minutos, en los que el equipo dirigido por Carlos Marcos Zablah perdió la batalla de los sentimientos.

“[Estamos] tristes, porque teníamos esa ilusión de conseguir la medalla de oro, pero también es un aprendizaje”, recordó Charlyn Corral, quien marcó la segunda anotación mexicana, con el que llegó a 10 en el torneo. Fue la campeona goleadora.

“Nadie esperaba algo de nosotras. Dimos la sorpresa. El marcador es subjetivo, porque quien vio el partido, sabe lo que realmente pasó. Estamos contentas por lo que hicimos”.

Se mantuvieron insuperables... Hasta que cayó aquel tanto de Francesca Kirby (81’), el que rompió la igualada a dos y resquebrajó el espíritu tricolor.

Las británicas definieron el encuentro cerca del ocaso, no sin antes sufrir.

Cinco minutos antes de que las europeas inclinaran la balanza de forma definitiva, Cristina Ferral cimbró la portería de Ashley Beker al impactar el esférico en el poste izquierdo.

“No nos podemos ir tristes ni desmotivadas de este torneo, porque lo logramos”, presumió la volante Liliana Mercado. “Hubiese estado perfecto irnos con el oro, pero hemos hecho historia y pusimos en alto al futbol universitario femenil de nuestro país”.

Sobre todo porque, incluso en el juego definitivo, coquetearon con el sitio más alto del podio. Fiel al estilo que le dio buenos dividendos en el torneo, el Tricolor acosó la meta adversaria desde el silbatazo inicial. No tardó mucho en hallar premio. Al 11’, ganaba 1-0.

La anotación fue de Mónica Monsiváis. En jugada a velocidad ingresó por izquierda, realizó un quiebre y encaró a Beker, para vencerla con suave definición, copyright de todas las futbolistas mexicanas.

Pero un error de marcación abrió la puerta del empate. Naomi Cole remató a placer en un tiro de esquina (17’).

Corral recuperó la ventaja para las colegialas con sueños de grandeza, tras un buen servicio de Stephanie Mayor.

La escuadra europea comenzó a hacerse del balón y a llegar con peligro sobre la meta de Anjulí Ladrón de Guevara. Volvió a igualar el marcador al 35’, con el tanto de Isobel Christiansen, quien sacó un obús que Ferral no supo despejar y terminó por meter en su meta.

Para la segunda parte, las hoy campeonas ejercieron cierto dominio, aunque las mexicanas se las ingeniaron para crear peligro en el área rival. Corral fue una pesadilla para cualquiera durante todo el certamen.

“Nunca respetamos a los rivales. A pesar de que se perdió, nunca bajamos los brazos”, aseguró la depredadora con cara de niña. “Al final, obviamente ya, porque no es lo mismo ir por un gol que por dos o tres”.

Eso explica el desconcierto de los 600 segundos finales, en los que las británicas construyeron una diferencia bastante cruel para un equipo que logró ponerlas en verdaderos apuros.

“Llegamos a la final y nos propusimos el ganarla”, lamentó Mercado. “Desgraciadamente se pierde y quedas triste por ese lado, pero nos ponemos a pensar en el torneo que hicimos y es un resultado extraordinario, porque nos quedamos en segundo lugar”.

Proeza que verdaderamente dimensionaron cuando el brillo de la plata iluminó sus ojos.

Entonces sí, terminó el llanto desatado desde que escucharon el silbatazo final. Aún sin ganar el oro, estas chicas son históricas.

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