ATLANTA.— El rostro duro del agente aduanal, de pronto, se suaviza. Queda sorprendido, porque no tenía la menor idea de que la Selección Mexicana iba a jugar en la ciudad para buscar un lugar en las semifinales de la Copa de Oro.

“¿En serio? ¿A poco va a haber soccer el sábado?”, le dice a uno de sus colegas que ni siquiera lo voltea a ver. “Wow, y ¿qué jugadores vienen de México?”, pregunta.

El oficial estadounidense, de los que tienen fama de ser estrictos y rígidos en su comportamiento, hace una mueca de alegria, aunque tampoco se interesa mucho por seguir indagando sobre el encuentro de cuartos de final.

Al informársele que la Selección llegará por la noche, sigue con su cara anonadada, como si se trataran de famosos al estilo David Beckham.

Sin embargo, se decepciona al saber que no están en el Tricolor Javier Hernández o Giovani dos Santos. No pone más trabas y deja ingresar a los Estados Unidos a su “víctima”.

Los taxistas también se sorprenden por la visita del apodado Gigante de la Concacaf. En cuanto saben que habrá partido, planean que andarán por el estadio ese día, porque “seguramente habrá gente que llevar a casa”.

Los medios de comunicación locales tampoco están muy interesados en el futbol. Están centrados en lo que son los beisboleros Bravos de Atlanta, líderes en la División Este de la Liga Nacional. Tambien exponen lo que será el Juego de Estrellas de las Grandes Ligas, que se jugará en Nueva York.

Otro de los deportes que acapara la atención en Georgia es el futbol americano y la temporada que comenzará en algunas semanas. La Copa de Oro pasa a segundo término.

Aunque hay aficionados que sí muestran interés por el certamen de la Concacaf. En las redes sociales, algunos mexicanos que viven en Atlanta, indagan la actualidad del Tri y hasta agradecen que el segundo lugar conseguido por los “verdes” les haya permitido visitar el Georgia Dome.

Los “cazaautógrafos” también buscan cómo hacerse de alguna rúbrica de los jugadores y averiguan en qué hotel se hospedarán, aunque el jefe de prensa de la delegación le da un trato de top secret.

En la calle, uno que otro personaje porta algún distintivo del Tri, mas no son mayoría. Es un día normal en Atlanta, con el deporte de patear una pelota de lado.

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