RÍO DE JANEIRO.— Ocho años después, Lionel Messi volvió a festejar un gol en una Copa del Mundo. Apenas su segundo tanto en este tipo de justas.

Messi (65’), sacó una de esas genialidades que parecían reservadas sólo a sus partidos en la Liga de Campeones de Europa. El atacante del Barcelona trazó una diagonal a su perfil izquierdo desde la frontal y definió con un certero disparo que pegó en el poste antes de incrustarse en la portería. Lionel no anotaba un gol desde el Mundial de Alemania 2006.

“Lo importante era empezar ganando y lo conseguimos. Bosnia es un gran equipo que juega bien”, dijo Messi.

Ese tanto representó el segundo gol para Argentina en su victoria de 2-1 sobre Bosnia-Herzegovina, dentro de las acciones del Grupo F de la Copa del Mundo de Brasil 2014.

Este partido también representó el debut del mítico Maracaná en la presente justa tras 64 años de albergar la final de Brasil 1950. Ayer, los miles de aficionados argentinos convirtieron al estadio carioca en una extensión de su país.

La albiceleste se adelantó con un autogol del bosnio Sead Kolasinac (3’). Amplió su ventaja en el segundo tiempo con la genialidad de Messi en la mejor jugada del partido. Vedad Ibisevic recortó en el 85’ para los europeos y puso emoción a los últimos minutos de un intermitente encuentro.

A excepción del gol, Messi tuvo una discreta actuación, al igual que una Argentina, que nunca fue mejor que su modesto rival en el Maracaná.

El 1-0 llegó sin que ninguno de los dos equipos se hubiera apenas asentado en el campo. Un centro de Messi, un cabeceo defectuoso de Marcos Rojo y un rebote aún peor en Kolasinac terminaron con el balón dentro de la portería bosnia.

El gol anestesió el partido. Durante unos minutos pareció que Argentina controlaría sin problemas el juego, pero fue un espejismo. Lo poco que se vio en la primera mitad lo hizo Bosnia, incluso el gol.

“En el primer tiempo los dejamos jugar, les dimos la pelota y se nos hizo difícil llegar en contragolpe”, reconoció Messi.

El técnico argentino, Alejandro Sabella, decidió dar un giro de timón en el descanso. De una vez, dejó fuera a Maxi Rodríguez y Hugo Campagnaro para dar entrada a Fernando Gago y Gonzalo Higuaín.

La mejoría argentina fue leve, pero suficiente para que Messi lograra el 2-0 en un fogonazo con el que recordó su mejor versión de crack.

Pese a la ventaja, Argentina volvió a bajar de intensidad y permitió a Bosnia recuperar terreno a la espera de cazar un gol al contraataque... que nunca llegó. Al contrario, fueron los europeos los que pusieron un nudo en la garganta a los miles de argentinos congregados, cuando Ibisevic puso el 2-1.

Argentina deberá mejorar en los próximos partidos si quiere aspirar a volver al mismo escenario dentro de 28 días para disputar la final.

“Lo importante era asegurar lo tres puntos. Después de cómo estaba jugando, fue bueno”, finalizó Lionel. Argentina juega el sábado ante Irán.

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